Durante estos días un tema inevitable de conversación en “el
club de las otoñales” (al que, desde luego, pertenezco) es el de la crisis
financiera global.
Una vez que hemos dañado las reputaciones de las ausentes y
agotado las novedades acerca de los mejores antioxidantes, las dietas más
efectivas y los divorcios más tormentosos de la temporada, es imposible no caer
en el capítulo de los terribles augurios económicos.
Transcribo un diálogo del lunes en la noche:
- Leí que un premio Nobel, que es un genio por cierto, dijo que este es el fin
del capitalismo.
- Sí, nena, el que lo dijo es un tal
Joseph Stiglitz y fue una frase tan impactante como
idiota. Algo así como: “La crisis actual en los mercados financieros es al
capitalismo, lo que fue la caída del muro de Berlín para el comunismo”.
- ¿Por qué dices que es una frase idiota
si está bien bonita?, además la dijo un premio Nobel…
- ¡Un laureado! –acotó Dianita (que
estudió tres semestres de Letras en San Marcos y es experta en sinónimos,
antónimos y parónimos).
- Pues, sí, hasta los laureados dicen
sandeces de vez en cuando, como es el caso.
- ¿Por qué te parece idiota la frase?
A ver.
- Pues porque el sistema financiero
estadounidense de las últimas décadas no tiene nada que ver con el capitalismo,
sino con el intervencionismo gubernamental y las regulaciones burocráticas.
- No inventes fábulas…
- ¿Sabías que el año pasado cuatro de
cada cinco hipotecas en Estados Unidos estuvieron financiadas por alguna de las
dos grandes hipotecarias fomentadas por el gobierno (GSE, Government Sponsored Enterprises)
Fannie Mae y Freddie Mac?, ¿sabías
que
-
Ay,
Clo, tú siempre tan pesada, tan neo…neo… ¿cómo se
dice?, ¿libertina?
Neoliberal –aclaró Dianita, que estudió tres semestres de
Letras en San Marcos y es experta en sinónimos, antónimos y parónimos.