Asuntos Capitales
Del fascismo a la democracia, ¿transición posible?
“Durante muchos años más que una Cámara de Diputados tuvimos una Cámara de Fascios o corporaciones. En una Cámara de Fascios no hay representantes de los ciudadanos sino de sindicatos y asociaciones.”
Luis Pazos
MIÉRCOLES, 19 DE OCTUBRE DE 2005
El sistema que adoptó el PRI a partir de su fundador
Plutarco Elías Calles, admirador de Mussolini, fue el
fascismo corporativo. Ese sistema le permitió al PRI el control de los diversos
grupos sociales: obreros, campesinos, profesionales, comerciantes e
industriales. Pero dio lugar a privilegios y pasivos que todavía no podemos
superar. Sus consecuencias son deudas, desequilibrios y el que cada día más
recursos fiscales vayan a cubrir los crecientes déficit, producto de ese
corporativismo fascista. Durante muchos años más que una
Cámara de Diputados tuvimos una Cámara de Fascios o
corporaciones, como en A partir de las divisiones en el
PRI, salen de su control varias de esas corporaciones, algunas de las cuales se
convierten en frankesteins. Otras se alían al mejor
postor. El reto de Fox -como lo describo
en el libro Los vividores del Estado-
es desactivar ese corporativismo fascista en paz social. Los privilegios de
esas corporaciones para sus miembros son imposibles de sostener, si queremos
una economía sana y competitiva en el actual mundo globalizado. Un ejemplo del poder del fascismo
corporativista es el Instituto Mexicano del Seguro Social. En una lucha por
mantener sus privilegios, que pagan millones de trabajadores y empresas
mexicanas, el sindicato de esa institución amenaza con una huelga y provocó la
renuncia del director de esa institución, Santiago Levy,
quien trató de frenar los abusos del sindicalismo fascista. El actual gobierno ha dado los primeros pasos para
desactivar privilegios de las corporaciones fascistas en el sector cañero, en
el energético y en el de seguridad social, pero si los partidos de oposición al
gobierno federal siguen alentando y utilizando a esas corporaciones, es difícil
que en paz y sin crisis económicas, podamos consolidar la transición del
fascismo a la democracia. |