Asuntos Capitales
"Nadie es indispensable" ¿Un mito?
“La historia de los países, de las empresas y de las familias, depende de diversas circunstancias, hasta de la suerte, pero fundamentalmente de la personalidad de quienes son parte del proyecto”
Luis Pazos
VIERNES, 3 DE NOVIEMBRE DE 2006
Hace varios
años un alto ejecutivo de BANCOMER –Julio López de La historia
de los países, de las empresas y de las familias, depende de diversas circunstancias,
hasta de la suerte, pero fundamentalmente de la personalidad de quienes son
parte del proyecto. Para descubrir América fue fundamental Cristóbal Colón,
sino hubiera sido otra la historia; para la teoría de la relatividad fue
indispensable Albert Einstein.
Los caminos
entre Iberoamérica y Estados Unidos empezaron a tener
diversos destinos cuando a George Washington
le ofrecieron la corona y la despreció, mientras Agustín de Iturbide
la aceptó. Uno de los factores que convirtió a Estados Unidos en una potencia
fue la decisión de un grupo de personas (Franklin y Jefferson,
entre otros) de unir las 13 colonias; de ahí nacieron los Estados Unidos. En
América Latina no le hicieron caso a Simón Bolívar y crearon 20 “paisitos”, que
se la han pasado siglos peleando y construyendo muros de leyes, que han
impedido el tránsito de mercancías, capitales y personas. Cada ser
humano es indispensable y no es sustituible. Cuando una joven llora porque
terminó con el novio, no falta quien le diga “consíguete otro”, pero los seres
humanos no son como los pollos, que da lo mismo uno que otro. Todos los
mexicanos saben que aunque hay un marco legal institucional, el futuro del país
depende en gran parte de la persona que llegue a Cada uno de
nosotros somos indispensables en nuestras familias, empresas o países. Las
variables más importantes del crecimiento, del éxito y de la felicidad, son las
decisiones que en base a caprichos, sentimientos o razonamientos, tomen los
seres humanos que dirigen una empresa, un gobierno o integran una familia. Y de
esas decisiones dependerá el éxito o fracaso, la felicidad o desgracia de un
proyecto de país o personal. |