Asuntos Capitales
Fox ¿entrega un país mejor?
“Un mejor entorno social no depende sólo del próximo presidente, también de una oposición que más allá de posiciones radicales o revanchismo porque no obtuvieron el triunfo, comprendan que en las democracias hay que llegar a acuerdos.”
Luis Pazos
VIERNES, 24 DE NOVIEMBRE DE 2006
En lo económico,
ahí están las cifras. La baja inflación, de las menores en las últimas cuatro
décadas, permitió a millones de mexicanos pobres que guardan su dinero en
efectivo, conservar el valor de sus ahorros. La estabilidad cambiaria dio
confianza a cientos de miles de trabajadores mexicanos en el extranjero,
quienes mandaron más dinero a sus parientes y convirtieron sus excedentes a
pesos, sin miedo a que se les volvieran polvo. Esos hechos los han pasado por
alto quienes por motivos ideológicos y partidistas tampoco reconocen que ahora
se puede decir, sin temor a represión, todo lo que quieran del Presidente. En
transparencia del gasto gubernamental, las nuevas leyes, promovidas por el
mismo Ejecutivo, permitieron conocer por primera vez en la historia de México
hasta cuánto valían las toallas que usa el Presidente. Paradójicamente, los
miembros de partidos que manipularon esa nueva libertad son quienes, bajo
diversas excusas, no pusieron en práctica cabalmente las leyes sobre
transparencia donde gobiernan. Hubo errores
de comunicación del Presidente Fox, quien pecando de franco decía muchas veces
lo que pensaba, hablaba en broma y se las
tomaban literalmente o le sacaban de contexto sus "chascarrillos".
Pero esas críticas, muchas de ellas válidas y otras mal intencionadas, no
redujeron su popularidad ante la mayoría de los ciudadanos. La economía
no creció lo que podía haber crecido, entre otras cosas porque importantes
miembros de los dos principales partidos de oposición pensaron que
obstaculizando el crecimiento, al negarse a actualizar el entorno jurídico para
hacer más competitiva la economía mexicana, tenían más chance
de regresar al poder. Al frustrarse quienes no encontraban empleo o no veían
crecer sus negocios -pensó la oposición a Fox- votarían por un partido
diferente al del presidente. Un mejor
entorno social no depende sólo del próximo presidente, Felipe Calderón, también
de una oposición que más allá de posiciones radicales o revanchismo porque no
obtuvieron el triunfo, comprendan que en las democracias, después de las
elecciones, hay que llegar a acuerdos. No deben convertir sus posiciones en el
Congreso, en los gobiernos estatales y en el D.F., en
instrumentos de una campaña permanente de descalificación y oposición a todo lo
que hace o dice el presidente con el objetivo de ganar las elecciones
presidenciales en seis años. |