Asuntos Capitales
Etanol, maíz y los malditos subsidios
“En realidad, los cultivadores de maíz en Estados Unidos descubrieron en el etanol una mina de oro..., que se llama cuantiosos subsidios federales.”
Ricardo Medina
MARTES, 16 DE ENERO DE 2007
¿Por qué se ha más que cuadruplicado en seis años la
producción de etanol a partir de maíz en Estados Unidos?, ¿estamos ante un
hallazgo científico-tecnológico revolucionario que habrá de terminar con la
adicción al petróleo? No. La respuesta es menos espectacular y más preocupante: Destinar
maíz a la producción de etanol permite obtener cuantiosos
subsidios gubernamentales. Y de paso permite generar una mayor demanda de
maíz y precios más altos en el mercado. Negocio redondo para los cultivadores del
medio oeste estadounidense. Los subsidios promedian 70 centavos de dólar por galón de
etanol. De hecho, el etanol obtenido a partir del maíz, para
añadirlo a la gasolina y contaminar menos, es más caro, al final del día, que la
misma gasolina. Más caro en costo de producción, más caro en contaminación, más
caro en desperdicio de energía no renovable. Producir
etanol a partir de maíz supone usar más energía fósil que la que ahorra el propio
etanol en los automóviles híbridos. Algunos cálculos –de David Pimentel de Por cierto, el maíz es el cultivo que más subsidios recibe
en Estados Unidos: más de $37 mil millones de dólares entre 1995 y 2003. El
doble de los subsidios que recibe el trigo, tres veces los subsidios para la
soya y 70 veces los subsidios que recibe el cultivo de tabaco. Mucho más eficiente que el maíz para producir etanol es la
caña de azúcar, como lo demuestra el caso de Brasil. En México tenemos las ventajas comparativas, naturales, para
la producción de combustibles a partir de la caña de azúcar, ¿por qué no lo
hacemos?, ¿por indolentes?, ¿por tontos? No. Demasiado bien sabemos por qué no: Si hay un gremio de
productores agrícolas en México que sepa vivir de la protección y de los “estímulos”
gubernamentales, tan astutamente como lo hacen los cultivadores de maíz en
Estados Unidos, es el de los cañeros y azucareros. ¿Para qué innovar y competir en un mercado libre si protegidos
por el Estado nos va mejor y no corremos riesgos? Otro caso de cómo la torpe mano de los gobiernos –protegiendo
industrias y expoliando a consumidores y contribuyentes- mata la
productividad. Lo mismo en Estados
Unidos que en México o que en cualquier lugar del mundo. |