Asuntos Capitales

Populismo contra libre comercio

“Quienes más empujaron la agenda para alcanzar un libre comercio en América, como en Europa, fue el Presidente socialista de Chile, Ricardo Lagos y el Presidente de México, Vicente Fox, países donde el libre comercio ha mostrado sus bondades.”


Luis Pazos
VIERNES, 11 DE NOVIEMBRE DE 2005

El libre comercio con los Estados Unidos y Canadá durante los últimos cinco años de la década de los 90 y los primeros cinco de este siglo, ha sido un factor determinante para convertir el déficit de balanza comercial de México con EUA en superávit y crear millones de empleos adicionales, como se puede comprobar simplemente recurriendo a elementales estadísticas.

 

Aunque el libre comercio por sí mismo no es la solución a todos los problemas sociales y en ausencia de otras reformas puede desgastarse, hay suficientes ejemplos en el mundo para demostrar que si ponemos en una balanza los tratados de libre comercio, han tenido más beneficios que perjuicios.

 

En Sudamérica, el país que en los últimos años ha logrado el mayor crecimiento, no tan sólo en la economía, sino en sus indicadores sociales: educación, salubridad, reducción de diferencias sociales, es Chile. El secreto de ese país es que han sabido mantener políticas de libertad comercial, independientemente de que lo gobiernen presidentes socialistas.

           

En la IV Cumbre, celebrada en Argentina, donde se reunieron presidentes de toda América, no se pudo llegar a un acuerdo para institucionalizar las pláticas en relación a un Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA), debido en parte a una retórica setentera del siglo pasado, anti-apertura, encabezada por el populista Hugo Chávez.   

 

Quienes más empujaron la agenda para alcanzar un libre comercio en América, como en Europa, fue el Presidente socialista de Chile, Ricardo Lagos y el Presidente de México, Vicente Fox, países donde el libre comercio ha mostrado sus bondades. Es triste constatar que en Sudamérica todavía muchos políticos no acaban de despojarse de dogmas contra el libre comercio agotados en el siglo XX, ignorando la globalización en la que viven en el siglo XXI.

 

Aunque en México aparentemente hemos superado esas posiciones, si en las próximas elecciones llega al poder un candidato parecido a Chávez, corremos el peligro de que se reviva una retórica seudo-nacionalista, igual a la usada por el actual presidente de Venezuela o en México en los años 70, que tanto daño hizo en ese entonces al país.