Asuntos Capitales

Desarrollo Estabilizador ¿Secreto de Ortiz Mena?

“Ortiz Mena sirvió a dos Presidentes. A uno de ellos lo calificaron de izquierda y al otro de derecha. A pesar de ello, en los doce años México mantuvo fundamentalmente la misma política económica. Los resultados económicos de su gestión están registrados como los mejores en la historia moderna de México.”


Luis Pazos
JUEVES, 15 DE MARZO DE 2007

Hace unos días falleció Don Antonio Ortiz Mena, quien fuera Secretario de Hacienda durante doce años, con los Presidentes Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz. Personalmente lo recuerdo con aprecio. Cuando yo estudiaba en la Universidad de Nueva York y él presidía el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), lo visité en Washington. La reunión duró varias horas. Fue para mí beber en el pozo de sabiduría de alguien que hizo historia en México. Posteriormente lo visité en su casa de Cuernavaca, siempre dispuesto a platicar sobre sus experiencias.

 

Durante su gestión como Secretario de Hacienda se alcanzó un crecimiento promedio anual del 6.2% y una inflación promedio anual de 2.6%. Ortiz Mena sirvió a dos Presidentes. A uno de ellos lo calificaron de izquierda y al otro de derecha. A pesar de ello, en los doce años México mantuvo fundamentalmente la misma política económica. Esa política, promovida por Ortiz Mena, fue más allá de las tendencias ideológicas del Presidente en turno. Las líneas fundamentales pueden parecer simplistas para algún estudiante de posgrado en economía, pero dieron resultado.

 

Ortiz Mena, abogado, tenía un gran sentido común y actuaba con lógica económica. Uno de sus secretos fue mantener controlado el gasto público. Siempre les pidió a los Presidentes que no gastaran más de lo que podían financiar sanamente. También les aconsejó mantener precios libres y reducir en la medida de lo posible los subsidios. En otras palabras, finanzas sanas y un entorno macroeconómico que infundiera confianza.

 

Durante varios años de esos doce, la inflación fue menor a la de Estados Unidos, por ello y la baja deuda externa, no fue necesario devaluar el peso. La baja inflación logró que los salarios tuvieran durante su gestión, a pesar que se revisaban cada dos años, el mayor incremento real del siglo pasado en el país. Los resultados económicos de su gestión están registrados como los mejores en la historia moderna de México.