Asuntos Capitales

El desarrollo: ¿Por el paso del tiempo?

“Si no existe un entorno que estimule y garantice el crecimiento, una sociedad puede estancarse o retroceder con el pasar de los años”


Luis Pazos
JUEVES, 12 DE ABRIL DE 2007

Cuando regresamos a un bosque después de varios años, vemos que los árboles están más grandes por el sólo paso del tiempo. Igual sucede con la mayoría de los vegetales y animales, crecen automáticamente con los años. Ese proceso no se da en las sociedades humanas en relación al desarrollo económico.

 

Hay ciudades que por siglos se quedan estáticas, no crecen, incluso retroceden. Al profesor Friedrich Hayek, quien obtuvo el Premio Nobel de Economía en 1974, no le gustaba usar el término desarrollo, pues podía dar la impresión que las sociedades, al igual que las plantas y los animales, se desarrollan por el sólo paso del tiempo.

 

Al analizar la historia de las civilizaciones comprobamos que las más antiguas no son las más desarrolladas. El nacimiento de la civilización se sitúa en lo que hoy es Cisjordania, Asia Suroccidental, sin embargo, en esa zona los grupos ahí asentados son de los más atrasados en el siglo XXI. En África se encontraron los fósiles de los primeros seres humanos, no obstante continua siendo de las zonas más atrasadas del mundo. Las sociedades china e hindú son de las más antiguas y todavía están entre los países subdesarrollados, a pesar de sus fuertes crecimientos en los últimos años.

 

Hay sociedades relativamente nuevas, como la canadiense o la australiana, donde han alcanzado mayores niveles de crecimiento y desarrollo que muchas de las sociedades antiguas. Si no existe un entorno que estimule y garantice el crecimiento, una sociedad puede estancarse o retroceder con el pasar de los años, como lo demuestro en el libro “El Derecho como base del Crecimiento Económico”, cuya principal tesis es que las leyes que rigen a una sociedad son las que determinan que retroceda, se estanque o se desarrolle.

 

El entorno jurídico, no la raza, ni la religión, ni el tiempo, es el ingrediente social que marcó durante el siglo XX las grandes diferencias entre el crecimiento de los Estados Unidos de América y los demás países de Iberoamérica.