Asuntos Capitales

El socialismo: Alcahuete de dictaduras

“A pesar de que la historia del siglo XX muestra claramente que los estados socialistas sólo sirvieron de alcahuetes para instaurar dictaduras, todavía hay quienes, como algunos miembros del principal partido de izquierda en México, el PRD, justifican las estatizaciones y la clausura arbitraria a medios de comunicación en Venezuela.”


Luis Pazos
VIERNES, 1 DE JUNIO DE 2007

Durante el siglo pasado miles de intelectuales y trabajadores se emocionaron con la palabra socialismo. Vieron en ese sistema una esperanza para disminuir la pobreza, reivindicar las injusticias y alcanzar mejores niveles de vida para los trabajadores. Decenas de gobiernos llegaron al poder con la bandera de instaurar un gobierno socialista. La URSS, China, Yugoslavia, Alemania del Este, Checoslovaquia, Hungría, Corea del Norte, Vietnam, Camboya y Cuba, fueron algunos de los países donde millones de seres humanos vivieron bajo  regímenes “socialistas”, teóricamente en bienestar de los trabajadores; pero más allá de la retórica y de los buenos deseos, varias décadas de “socialismo real” tuvieron frutos muy diferentes a los plasmados en manifiestos, libros, programas y discursos políticos.

 

La frialdad de los números y los hechos de casi medio siglo de gobiernos socialistas en gran parte del mundo durante el siglo XX, dejan una clara lección. Los regímenes socialistas sólo sirvieron de alcahuetes para conformar dictaduras personales o de partido. Los mismos socialistas en algunas partes tuvieron que justificar la concentración del poder económico y político en manos de unos cuantos con el término “dictadura del proletariado”.

 

Bajo el concepto de “planificación central”, los gobiernos dictaban lo que tenían que hacer los ciudadanos en materia económica. Con la excusa de que el capitalista privado era un explotador y monopolista, se generó el llamado capitalismo monopólico de estado, que fue la forma real de funcionamiento de esos socialismos. A la oposición la acusaban de saboteadores, “antirrevolucionarios”, golpistas y toda voz o grupo de oposición fue acallado. Las elecciones se volvieron un teatro.

 

En ningún país socialista del siglo pasado, donde existió planificación central y partido único, hubo libertad de expresión ni de movimiento. Lo más triste es que a pesar de que la historia del siglo XX muestra claramente que los estados socialistas sólo sirvieron de alcahuetes para instaurar dictaduras, todavía hay quienes, como algunos miembros del principal partido de izquierda en México, el PRD, justifican las estatizaciones y la clausura arbitraria a medios de comunicación en Venezuela, que acusados de golpistas han sido condenados a callar por la socialdictadura que vive actualmente Venezuela.