Asuntos Capitales
Políticas anticrisis estructurales
“Si hay una macroeconomía sana y se aprueba una reforma petrolera que incentive la inversión en refinación, los daños de la crisis internacional serán menores a los que sufrirán la mayoría de los demás países del mundo.”
Luis Pazos
VIERNES, 17 DE OCTUBRE DE 2008
No podemos predecir con exactitud
el daño que causará a cada país la crisis de EUA; pero aquellos países con
grandes deudas a corto plazo, que sus gobiernos operen con desequilibrios,
reservas bajas y un sistema financiero descapitalizado, serán los que más
sufrirán la crisis. Ante las crisis financieras se manifiesta la utilidad
de una macroeconomía sana, como la que tiene México: deuda externa bajo
control, una inflación de las más bajas de América Latina, altas reservas y con
un nivel de capitalización superior al marcado por la ley en los principales
bancos. Hasta el mes de junio los bancos mexicanos reportan ganancias. La
cartera vencida de la banca era de 2.5 del total, al mes de agosto de 2008. Esa
cartera está cubierta con reservas. Esas cifras no significan que no habrá ningún efecto
negativo para la economía, la que crecerá por abajo de lo esperado y se crearán
menos empleos. La reducción de precios del petróleo implica menos ingresos del
exterior. Y aunque las divisas petroleras representen menos del 20% de las
exportaciones totales de México, la mayoría de las exportaciones se reducirán
por la menor actividad de EUA, nuestro principal socio comercial. Para que la economía mexicana se mantenga sólida y se
minimicen los efectos negativos de la crisis es necesario que el presupuesto
del gobierno federal del 2009 mantenga equilibrios que no generen presiones
inflacionarias. Los diputados deben tomar en cuenta la baja del precio del
petróleo y una menor captación fiscal, al crecer menos el PIB. Además aprobar
reformas que incentiven la inversión, el empleo y el crecimiento. Si la reforma energética permite el apoyo de la inversión
privada en la refinación de gasolinas en México, en lugar de en Texas, las
nuevas inversiones significarán un 1% adicional de crecimiento del PIB y la
creación de más de 300 mil empleos al año. Si hay una macroeconomía sana y se aprueba una reforma
petrolera que incentive la inversión en refinación, los daños de la crisis
internacional serán menores a los que sufrirán la mayoría de los demás países
del mundo. |