Asuntos Capitales

Incentivar ¿oferta o demanda?

“El Ejecutivo a través del gasto no puede enfrentar integralmente la recesión, es necesaria la voluntad del Poder Legislativo para hacer más eficiente y menos costoso el entorno jurídico económico para que operen los productores, tanto nacionales como extranjeros, en todas las áreas de la economía.”


Luis Pazos
VIERNES, 20 DE FEBRERO DE 2009

El tipo de crisis por la que atraviesan la mayor parte de los países del mundo es denominada recesiva, cuyas características principales son una caída en la demanda de productos y servicios, que lleva a una reducción en la producción y al desempleo. Hay dos vías para combatir ese tipo de crisis: una, incentivar la demanda, que implica fundamentalmente aumentar el gasto público; la otra, incentivar la oferta, que significa reducir impuestos, reglamentaciones, flexibilizar la ley laboral y bajar los costos de producción para que así la baja de demanda no implique quiebra ni desempleo masivo.

 

Ambas vías tienen sus dificultades y limitaciones. Por el lado de la demanda si no se quiere generar inflación debe limitarse el aumento del gasto público al monto que puede ser financiado sin necesidad de emisión monetaria ni de préstamos que generen presiones sobre las tasas de interés.

 

Es válido desburocratizar el gasto ya aprobado y quizá pequeños déficit que no impliquen distorsiones en el mercado financiero. Pero la vía principal y más sana para enfrentar una recesión es implementar reformas que incentiven un mayor flujo de la escasa inversión extranjera que habrá en el 2009. Si no existe una mayor flexibilización en las contrataciones, despidos y pago por hora trabajada, difícilmente se contrarrestará la tendencia a despedir personal y a no traer a México el escaso capital disponible para invertir en países de la región Iberoamericana.

 

Al no aprobar los partidos de oposición una reforma energética que permitiera inversión privada en PEMEX, se perdió un punto de crecimiento y cerca de 300 mil empleos que en esta recesión serían altamente útiles.

 

El Ejecutivo a través del gasto no puede enfrentar integralmente la recesión, es necesaria la voluntad del Poder Legislativo para hacer más eficiente y menos costoso el entorno jurídico económico para que operen los productores, tanto nacionales como extranjeros, en todas las áreas de la economía.