Asuntos Capitales

Controles de tasas ¿perjudica a los pobres?

“No hay ningún caso en el mundo donde los topes de tasas o de precios de los créditos beneficien a los de menores ingresos, sólo generan escasez en la oferta del producto o servicio controlado y dificultan la entrada al mercado de tarjetas a nuevos bancos.”


Luis Pazos
VIERNES, 20 DE MARZO DE 2009

Un grupo de legisladores, preocupados por el aumento de tasas de interés en tarjetas de crédito, propone un tope o techo a las tasas. Es positivo para una economía que las tasas bajen, pero es ilusorio pensar que se puede lograr mediante una ley o decreto.

 

El control de tasas reduce la oferta del producto o servicio controlado, si el precio propuesto por la autoridad es menor al del mercado. Los que recienten más los topes de tasas son los sectores de menores recursos y sin historial crediticio, pues quedan fuera del mercado de tarjetas de crédito.

 

Un estudio del Banco Mundial señala que la fijación de techos de las tasas dañan los intereses de las personas de escasos recursos y sus comunidades.

 

Dos estudios, uno titulado “Balance Social del Sector Bancario” y otro “Condiciones Crediticias en Colombia”, concluyen que el control de tasas en Colombia es el principal obstáculo para impedir el acceso a instrumentos crediticios a sectores de medianos y escasos recursos. Esos sectores son orillados a obtener créditos a tasas más altas en casas de empeño, en las famosas pirámides o con agiotistas, algunos ligados al crimen organizado.

 

A pesar de que en Colombia la cartera de crédito de la banca comercial como porcentaje del PIB es 36.5%, más del doble que en México, 15.5%, tienen sólo ocho tarjetas de crédito por cada 100 habitantes, mientras en México hay 24 por cada 100. El control de tasas frenó la bancarización en Colombia, donde miles fueron estafados por las pirámides.

 

Los controles de tasas impiden a trabajadores y micro empresarios con bajos ingresos, en cuyo nombre se instrumentan esas políticas, acceder a un financiamiento por medio de tarjetas sin tener que pagar intereses hasta por 50 días. Si son bien usadas, las tarjetas de crédito resultan más baratas que muchos créditos en el sector informal.

 

No hay ningún caso en el mundo donde los topes de tasas o de precios de los créditos beneficien a los de menores ingresos, sólo generan escasez en la oferta del producto o servicio controlado y dificultan la entrada al mercado de tarjetas a nuevos bancos.