Asuntos Capitales
Las lecciones de una bancarrota (I)
“Este rescate-quiebra de GM suena tan “sólido” como la reforma que hicimos en México para volver a PEMEX una empresa globalmente competitiva: Un gran estruendo para dar a luz un ratoncito.”
Ricardo Medina
MIÉRCOLES, 3 DE JUNIO DE 2009
La
bancarrota de General Motors, obligada desde hace
meses, ha sido rigurosamente monitoreada por el gobierno de Barack
Obama a tal grado que no es una quiebra típica, sino
un esfuerzo desesperado de rescate gubernamental, una última oportunidad para
tratar de conciliar lo que parece irreconciliable: La productividad con la
política. Me
temo que el experimento fallará porque se trata de asuntos irreconciliables. La
productividad que requiere una empresa que aspire a desempeñar un liderazgo
mundial en mercados globales y competitivos jamás ha florecido en un entorno de
intervencionismo político-gubernamental. Obama ha hecho su mejor
esfuerzo para salvar uno de los bastiones más importantes no sólo del Partido
Demócrata, sino de su propia carrera política. De ahí el intervencionismo. La
biografía marca: Un político joven y progresista, abogado que se fogueó en las
batallas de los problemas comunitarios de una ciudad como Chicago (desempleo,
seguridad social, servicios médicos, combate a la marginación y a la
delincuencia de barios bajos, regeneración de la vida comunitaria, derechos de
las minorías raciales), sólo puede ser amigo incondicional de un sindicato como
Todo
ello inevitablemente hace colisión con la dura lógica de la productividad: si
tus autos no son los de mejor calidad al precio más competitivo, si no están
construidos para funcionar en un mundo de combustibles caros y de duras normas
ambientales, estás fuera. Este
rescate-quiebra de GM suena tan “sólido” como la reforma que hicimos en México
para volver a PEMEX una empresa globalmente competitiva: Un gran estruendo para
dar a luz un ratoncito. Es
una pena y entiendo que Obama desearía sinceramente
recrear el paraíso perdido de los años 60 en Detroit: cuado GM tenía más del
50% del mercado, cuando se decía que “lo que es bueno para GM es bueno para
América”, cuando los obreros de las líneas de ensamble de GM vivían mejor que
un muy competente profesionista fuera de Estados Unidos. Pero estamos en 2009,
Detroit tiene la tasa de desempleo más alta de Estados Unidos y este es un
mundo ferozmente competitivo, con compañías automotrices (lideradas por las
japonesas) que no tienen arreglos laborales tan onerosos, ni están atrapadas en
el “sueño americano” de hace 50 años. Continuaré
mañana. |