Asuntos Capitales
Incentivos perversos del presupuesto
“Es necesario repensar la legislación presupuestaria, pues hasta ahora en muchos renglones castigan a quienes buscan preservar los recursos fiscales y premian a los que no les importa cuidar el dinero de los impuestos.”
Luis Pazos
VIERNES, 14 DE AGOSTO DE 2009
En un afán de ordenar y transparentar los presupuestos gubernamentales, la
legislación presupuestaria incentiva a gastar innecesariamente y a evitar el
ahorro. El entorno jurídico y político de los presupuestos gubernamentales
generalmente impulsan actitudes contrarias a las practicadas por los
empresarios prudentes al manejar su propio dinero. La primera gran diferencia entre manejar el presupuesto de una empresa de
la cual soy propietario, y el del gobierno, es que en el caso del gobierno no
manejo mi dinero y generalmente las ganancias o pérdidas de ese capital no
afectan mi patrimonio. En mi empresa, si cometo un error disminuye mi
capital y si la manejo con eficiencia se incrementa mi patrimonio. Los esfuerzos de los directivos de las empresas estatales para aumentar la
productividad no los beneficia. Muchas veces nadie les reconoce su esfuerzo y
ni las gracias les dan. Es necesario buscar mecanismos para que quien maneje
eficientemente los recursos gubernamentales, obtenga un beneficio o
reconocimiento y quien los dilapide reciba menos o lo despidan. Otro incentivo perverso es la generalizada condena a los subejercicios. Si alguien no gasta todo su presupuesto
porque consideró que no había necesidad, recibe generalmente la recriminación
de los medios de comunicación y de los congresistas. Además, al año siguiente
le asignan menos presupuesto porque gastó menos; mientras a los que inventan
gastos, normalmente le dan más porque suponen les hace falta. Los presupuestos son rígidos, en ocasiones me sobra en un renglón y me
falta en otro, pero por ley no me permite redistribuir racionalmente el
presupuesto. Si lo hago, aunque sea en base a una situación racional y
justificada, violo la ley y puedo caer en responsabilidades. Es necesario repensar la legislación presupuestaria, pues hasta ahora en
muchos renglones castigan a quienes buscan preservar los recursos fiscales y
premian a los que no les importa cuidar el dinero de los impuestos. |