Asuntos Capitales
¿Quién paga los impuestos?
“Es importante que los cambios fiscales amplíen la base gravable mediante la generalización de impuestos al consumo e incrementen la competitividad global de nuestro país con menores tasas máximas de ISR.”
Luis Pazos
VIERNES, 25 DE SEPTIEMBRE DE 2009
Hay la idea entre varios
legisladores del PRD que el Impuesto Sobre la Renta lo pagan las empresas, los ricos
y los impuestos al consumo los
consumidores. Y como la mayoría son de clase media y humilde, concluyen,
cualquier impuesto al consumo les pega a los pobres. Esa creencia pasa por alto
la diferencia entre quien entera el impuesto a las autoridades fiscales y quien
lo absorbe en último término. La “traslación fiscal” implica que
un Impuesto Sobre la Renta puede ser absorbido por el consumidor y un impuesto
al consumo, por el productor o empresario. En los productos con demanda
inelástica, que son los que no tienen sustitutos y son altamente necesarios,
tanto los impuestos sobre la renta como los del consumo, en la mayoría de los
casos, los absorbe el consumidor. En los artículos de demanda
elástica, que son los sometidos a la competencia, de fácil sustitución e
importación, normalmente los impuestos sobre la renta y los del consumo, los costea
el productor o empresario. El impuesto al consumo generaliza la carga fiscal,
amplía la base gravable, el ISR recae normalmente sobre los mismos causantes y
es más complicado su cobro. En los sistemas fiscales con mayor
éxito en captación y competitividad, como es el caso del chileno, donde tienen
de las más altas captaciones en relación al PIB y a la vez el más alto
crecimiento en las últimas décadas en América Latina, los impuestos al consumo son
el principal instrumento de captación y la tasa de Impuesto Sobre la Renta es
baja. Independientemente de la necesidad
de ajustar, eficientar y transparentar más los gastos
públicos en todos los niveles de gobierno, es importante que los cambios
fiscales amplíen la base gravable mediante la generalización de impuestos al
consumo e incrementen la competitividad global de nuestro país con menores
tasas máximas de ISR, como un requisito para atraer más inversión, que es la
detonante de más empleos y de un mayor crecimiento económico. |