Asuntos Capitales
¡No molestes a los narcos!
“Felipe Calderón Hinojosa, presidente de México, ha perdido una guerra insensata. Creyó que ganaría reconocimiento y respetabilidad si declaraba la guerra "sin descanso ni cuartel" al narcotráfico y todo pasó.”
Santos Mercado
MARTES, 22 DE DICIEMBRE DE 2009
Felipe Calderón Hinojosa, presidente de México, ha
perdido una guerra insensata. Creyó que ganaría reconocimiento y respetabilidad
si declaraba la guerra “sin descanso ni cuartel” al narcotráfico y todo pasó:
gastó una cantidad enorme del erario, perdieron la vida muchos policías y
funcionarios, creció el consumo nacional de drogas y ahora los cárteles de la
droga dan muestras de poder casi imbatibles. Un verdadero fracaso. No terminó
con el narcotráfico y perdió prestigio como presidente. ¿Qué ocurrió? La intención era buena, pues nadie se siente más
desgraciado que tener hijos o vecinos drogadictos, pero el método fue malo. Calderón
se olvidó de las siguientes consideraciones: Libertad de drogarse. Se tiene que comprender que cada
persona debe ser responsable de su vida. Eso incluye el derecho y la
responsabilidad de inyectarse en las venas droga, veneno, pulque o aguas negras.
Que tengas el derecho de meterte droga en el brazo no implica que el Estado
deba proporcionártela, es decir, los ciudadanos no tenemos la obligación de
mantener tus vicios. Tampoco te da el derecho de salir a la calle a robar para
satisfacer tus vicios, robar es un delito que merece castigo. En tal caso,
trabaja duro para satisfacer tus caprichos o vende la casa que te heredó el
abuelo para que compres la droga que quieres. Pero nadie tiene la obligación de
obsequiarte nada, y nadie tiene el derecho de obligarte a consumir enervantes
ni prohibirte que los uses. Tú eres el único responsable quien debe decidir si
construyes o destruyes tu vida, y debe ser una decisión respetable. Si usted, como agente privado, considera que se debe reducir
el consumo de droga, use sus propios recursos y explique usted a los
consumidores, publique en los diarios y revistas el daño que causan, ponga
escuelas o convenza a los directivos para que eduquen a los niños y jóvenes. Es
decir, se tiene que dejar que la misma sociedad se eduque a sí misma: Los
científicos explicarán los estragos que hacen las drogas; los periódicos, TV y radio
privada explicarán a los ciudadanos los efectos irreversibles; las escuelas privadas
educarán desde el kínder y todo debe hacerse sin
gastar un centavo del erario, es decir, todo debe ser producto de un proceso privado.
De ninguna manera debe aceptarse que se desvíen fondos públicos, ni se generen
instituciones gubernamentales “para prevenir contra las drogas” pues esas mismas
instituciones percibirán incentivos para que el problema crezca, pues así
obtendrán más recursos del Estado y chamba de por vida. En resumen, el gobierno ha tomado el peor método para
enfrentar ese flagelo. ¿Qué puede hacer? Aquí van algunas recomendaciones: 1.
No gastar ni medio centavo en la lucha contra las
drogas. Utilizar dinero del erario para perseguir a los narcos
es un dinero de los contribuyentes mal usado. 2.
Dejar que el comercio de droga sea libre, no
perseguido. Si acaso, decretar que deben estar registrados y pagar impuestos.
Principalmente para que el cliente sepa a quien reclamar por daños y perjuicios. 3.
Castigar la coacción. Significa tipificar como crimen que
alguien obligue a otro a consumir drogas. Pero el crimen es la coacción, no el
consumo. 4.
Castigar si alguien roba o mata por conseguir dinero
para drogas. Igual, el delito es el robo, o el asesinato, no el consumo. 5.
Dejar que la iniciativa privada establezca, como
negocio lucrativo, granjas para la rehabilitación de los que cayeron en esa
desgracia o asociaciones civiles tipo Alcohólicos Anónimos. El Estado no debe
tener granjas, ni hospitales para curar a los viciosos. En tal caso, es la
familia quien debe pagar, por haber descuidado al hijo o pariente. 6.
Dejar que los narcos usen
sus ganancias como mejor deseen. Ni siquiera se les debe investigar sobre el
origen de sus fortunas. Generalmente los narcos construyen
grandes palacios para vivir, hoteles de lujo, centros vacacionales, casinos u
otros negocios más formales y nada de ello debe considerarse delito. Al final,
es posible que dejen sus negocios de drogas por otros menos conflictivos. Si el gobierno aplica esta
medidas, no por ello desaparecerá el narcotráfico pero al menos no se seguirán
sacrificando recursos y vidas inocentes, se reducirá la corrupción pues el
narcotraficante no verá la necesidad de pagar cuotas a funcionarios del
gobierno y tomará su nivel natural de narco consumo
mexicano. Recuérdese la insensata guerra contra el consumo de alcohol que se
dio a principios del siglo pasado. Igual va a ocurrir con las drogas. El
problema se reduce a su nivel normal al dejarse de considerar como un delito la
producción, la distribución y el consumo. De esta manera, todos los
recursos del contribuyente que se usaban para esa guerra insensata, podrán
dirigirse a temas más constructivos. |