Asuntos Capitales
Universidades y generación de patentes
“México debe realizar reformas estructurales para crecer más, pero no dejaremos el subdesarrollo si los investigadores mexicanos quieren seguir viviendo de la ubre gubernamental, si siguen con la mentalidad estatólatra de que sea el gobierno el que dirija la ciencia y el desarrollo.”
Godofredo Rivera
LUNES, 11 DE OCTUBRE DE 2010
La
semana pasada hice un análisis sobre mercados libres y la inversión en
investigación y desarrollo (I+D). A petición de un lector ahora abordaré el
papel de las universidades y su
importancia en la generación de patentes. A
nivel mundial la creación de patentes es dominada por empresas privadas de
países como -en ese orden- EU, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Países
Bajos, Suiza, Suecia, Canadá y Australia. Un poco más abajo vienen Corea del
Sur, China, e India. México y América Latina apenas aparecen en los últimos
lugares. Ahora
bien, la universidades e institutos de investigación son fundamentales para
lograr dicha hazaña, no sólo por proporcionar a las empresas el capital humano
que desarrolla I+D, sino porque en las mismas se desarrollan proyectos y
patentes que hacen un círculo virtuoso en la generación de riqueza. A
continuación le muestro al lector las primeras 20 universidades que en el 2009
encabezaron la lista a nivel mundial de instituciones que produjeron patentes
reconocidas en la publicación de World Intellectual
Property Organization.
Una
pequeña aclaración. Estos datos se refieren exclusivamente a las patentes
creadas por instituciones académicas. Por país, empresas y ramos el lector
puede consultar la página arriba referida. Como
puede apreciarse, dominan las instituciones académicas estadounidenses. Se
trata de universidades de excelencia privadas (la mayoría) y públicas (no
gratuitas, sin pase automático, con proyectos rentables y transparentes y no
masificadas). Cuando
los liberales alabamos la creación de riqueza de EU (a pesar de Obama) no lo hacemos por razones ideológicas, sino por los
datos duros. La ciencia y la tecnología son dominadas aún, y por mucho, por EU. Y
ojo, si uno se mete a la página que ya referí, encuentra que entre las primeras
50 instituciones académicas, también domina EU, y algo sorprendente, no
aparece ninguna universidad alemana ó francesa (curioso por ser dos países
cuyas empresas encabezan la creación de patentes a nivel mundial); ya no
digamos universidades españolas ó italianas. La razón es que estos países en
los últimos años han visto reducir su calidad académica; se han “latinoamericanizado.” Varias de estas universidades se han
vuelto gratuitas, se han masificado, y lo peor, han bajado sus estándares de admisión. La
lección es clara, las universidades e instituciones académicas deben venderse
al mercado -son parte esencial- y no ser castillos de marfil como lo desean
muchos académicos estatólatras en México. En
economía se sabe desde hace años que la educación en general -y en particular
la educación superior- tiene características de bien privado, por lo que
deberían ser exclusivamente los privados quienes produzcan dicho bien. Como a
los gobiernos les fascina intervenir en todos los campos, entonces al menos
debemos exigir lo siguiente; si el gobierno va a subsidiar -no manejar y
controlar- una universidad, uno, debe garantizar que se hará al estilo privado
y con plena autonomía, dos, debe cobrar colegiaturas, tres, no contratar
personal administrativo ocioso y oneroso, cuatro, contratar al personal
académico estrictamente basado en sus méritos académicos y profesionales, no
por simpatía y compadrazgo (¿suena raro eso en México?), y cinco, y punto
principal, una universidad pública no debe depender del Erario (sólo en el
margen y dejando que los subsidios lleguen a la universidad vía los estudiantes
-la demanda), sino de recursos propios generados en su menor parte por
colegiaturas, y en su mayor parte por innovaciones con el sector privado (es el
caso de algunas universidades públicas de prestigio en EU). En
México y América Latina, nuestras universidades están empantanadas en el siglo
XIX; consideran derecho divino vivir de la ubre gubernamental, no rendir
cuentas, no venderse al mercado -de acuerdo a los múltiples académicos
marxistas que pululan eso es como “prostituirse.” Así
las cosas tenemos universidades públicas con esclerosis múltiple, burocráticas,
onerosas, que no se venden al mercado, gratuitas y masificadas. El resultado,
poca eficiencia terminal, dinero bueno destinado al
malo, y lo más claro, pobre creación de I+D. Si
el lector sigue dudoso, le doy otro dato duro, reconocido recientemente por el
propio Jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard. La
ciudad de México, que cuenta con la burocracia académica más onerosa y grande
en toda la república (en donde está el CONACYT, la UNAM y sus campus, el IPN, el CINVESTAV, la UAM y sus campus, la universidad pejista
del DF y centenares de institutos dizque destinados a hacer ciencia) sólo
creó el año pasado nueve patentes. ¡De risa! Ah, eso sí a pedir más y más
dinero del contribuyente. Cinismo y
fascismo financiero. México
debe realizar reformas estructurales para crecer más, pero no dejaremos el
subdesarrollo si los investigadores mexicanos quieren seguir viviendo de la
ubre gubernamental, si siguen con la mentalidad estatólatra
de que sea el gobierno el que dirija la ciencia y el desarrollo. Y ojo, porque es triste y desalentador que
haya académicos -y no pocos exalumnos- en algunas
universidades privadas que también piensan así. ¿Mentalidad perdedora mexicana? Los
datos duros ahí están. No aceptarlos sí es cuestión de ideología, no de ciencia. |