Una de las principales causas por la que la Compañía Mexicana de Aviación termina su ciclo de vida son las “conquistas laborales” de sus sindicatos, que acumularon prestaciones por arriba de las actuales condiciones del mercado. Las leyes laborales que obligan a las empresas a pagar fuertes liquidaciones fueron las principales causantes de que varios grupos interesados en rescatar a Mexicana se alejaron de las negociaciones.

Los sindicatos de Mexicana reaccionaron tarde ante el peligro de quiebra, debido a que los “usos y costumbres” les enseñaron que cualquier empresa importante con problemas financieros en México era rescatada por el Gobierno con el dinero de los contribuyentes. En esa forma, tanto accionistas como trabajadores, continuaban con ineficiencias.

Mexicana cambió siete veces de dueños, los últimos accionistas perdieron 165 millones de dólares. El Banco IXE, interesado en rescatarla se retiró debido a que no llegaron a un acuerdo con los sindicatos en cuanto al pago de las liquidaciones, cuyo monto, 5000 millones de pesos, superaba por mucho los activos de la empresa y es cinco veces mayor al capital que pensaba IXE destinar a los pasivos laborales y poner en marcha Mexicana.

La quiebra de Mexicana muestra la necesidad de flexibilizar las leyes laborales, principalmente los pasivos laborales, que el siglo pasado fueron diseñados para proteger a los trabajadores, pero en el actual los perjudican y crean desempleo, al espantar la inversión y hacer inviables muchos proyectos empresariales para volver competitivas a las empresas mexicanas.