Asuntos Capitales

De la politización a la escasez de agua

“En muchas partes del mundo su precio no refleja los costos de transportación, purificación y distribución, lo que hace que no se cuide, se desperdicie y se utilice irracionalmente.”


Luis Pazos
JUEVES, 16 DE MARZO DE 2006

La mayor parte del planeta es agua. No tan solo está presente en los mares, ríos, sino también en enormes yacimientos debajo de la tierra. A pesar de esa abundancia, uno de los problemas más graves a los que se enfrenta la mayoría de los países del mundo es a la escasez de agua útil.

 

La paradoja se da porque el agua, al igual que el petróleo, no es útil si no es extraída, transportada o entubada para ser utilizada por los agricultores y además  potabilizada para el consumo humano. En el caso del agua salada debe ser desalinizada. Todos esos procesos implican recursos. El agua tal y como existe en la naturaleza, con excepción de la de lluvia en algunos casos, no le resuelve casi ningún problema a las sociedades actuales.

 

Uno de los principales problemas del agua es que su manejo se ha politizado en muchas partes del mundo y principalmente en los países subdesarrollados. Cuando hablamos de politización nos referimos a que predominan los criterios políticos más que económicos y de eficiencia. Muchos gobernantes y legisladores con el teórico objetivo de ayudar a los más pobres, los que en su mayoría no les llega el agua entubada, la abaratan. En el campo mexicano, como en muchos países subdesarrollados, a los campesinos prácticamente se les regala el agua. El resultado de esas políticas es un gran desperdicio y una creciente necesidad de subsidiar la extracción y distribución del agua.

 

Una de las causas que explica la paradoja de la escasez de agua útil en la abundancia de ese líquido, es que en muchas partes del mundo su precio no refleja los costos de transportación, purificación y distribución, lo que hace que no se cuide, se desperdicie y se utilice irracionalmente.

 

En Europa está prohibido por ley que un gobierno regale o no refleje los costos del agua en su venta al público. Si queremos romper la paradoja de la escasez en la abundancia del agua y racionalizar su uso, la única forma es reflejar los costos en el precio al usuario. Pero mientras bajo cualquier excusa el agua siga llegando a los hogares o a los agricultores a un precio por debajo de su costo, continuará su escasez y al final, como lo demuestran varios estudios del Banco Mundial, los que seguirán sufriendo en primer término la escasez de ese vital líquido serán los sectores más pobres de la población, en cuyo nombre se ha politizado el proceso de extracción, distribución y potabilización del agua.