Asuntos Capitales
Baja de precios de energéticos ¿demagogia?
“Si un candidato se opone a un mercado de competencia en las gasolinas y la electricidad y a que los inversionistas particulares inviertan en esos sectores, obstaculiza el camino para crear las condiciones de una sana reducción de precios.”
Luis Pazos
VIERNES, 31 DE MARZO DE 2006
El candidato
del PRD a la presidencia prometió que si llega al poder bajará los precios de
la gasolina, el diesel y Rojas
Pinilla perdió las elecciones en 1970, pues la mayoría de los colombianos no
creyeron en sus promesas. En la década
de los 70 y 80 en México, los presidentes Echeverría y López Portillo bajaron
en términos reales los precios de muchos productos básicos y de energéticos.
Los resultados de esas políticas los sufrieron millones de mexicanos; pero
muchos jóvenes, que son la mayoría de los que van a votar, no los vivieron y
hay adultos que ya los olvidaron. Los asesores de los candidatos del PRI y del
PRD, aunque saben que es difícil cumplir esas promesas, parten de las premisas
de que en el pueblo mexicano predominan los ignorantes y los olvidadizos. A
ellos dirigen promesas sin explicar como las alcanzarán. Sí hay
caminos para evitar que suban o hasta bajen los precios de los energéticos,
pero es falaz prometer por un lado esos objetivos y
por otro oponerse a las reformas para lograrlo. El candidato del PRI durante
este sexenio, como presidente del PRI, se opuso a las reformas energética y
fiscal. El candidato del PRD también y además anunció que continuará con el
monopolio de Estado sobre los energéticos y no aceptará inversión privada en
ese sector. La única
forma sana de reducir precios de los energéticos es un ambiente de competencia
y de más inversión para producirlos, entorno que genera una mayor oferta. Si un
candidato se opone a un mercado de competencia en las gasolinas y la
electricidad y a que los inversionistas particulares inviertan en esos
sectores, obstaculiza el camino para crear las condiciones de una sana
reducción de precios. Ojalá
que a los candidatos que le apuestan a la ignorancia del pueblo, no les ganen
simpatías esas promesas, que pueden ser el origen de subsidios, déficit,
inflaciones y desequilibrios parecidos a los que tanto daño causaron a México
en las décadas de los 70 y los 80. |