Asuntos Capitales

Francia ¿desempleados contra el empleo?

“La ley para estimular la contratación de jóvenes fue manipulada por los enemigos políticos de quienes la decretaron, sin importarles el problema social real que trataba de resolver.”


Luis Pazos
JUEVES, 20 DE ABRIL DE 2006

La economía es la ciencia más manipulada. En el siglo XXI todavía sus principios más importantes son mal entendidos o deficientemente presentados, como es el caso de una ley laboral rechazada por una multitud de franceses. Cientos de miles de jóvenes salieron a protestar a las calles contra una ley que permitía a los empleadores despedir “sin justificación” a los menores de 26 años sin experiencia laboral.

 

A primera vista, para el observador superficial, parece injusta esa ley, aunque en realidad es la principal solución al alto índice de desempleo entre los jóvenes en Francia, 22%, según datos del Ministerio de Trabajo francés, a febrero de 2006. Ese alto desempleo fue una de las causas de los desórdenes que se dieron en ese país hace unos meses.

 

La ley para estimular la contratación de jóvenes fue manipulada por los enemigos políticos de quienes la decretaron, sin importarles el problema social real que trataba de resolver. Los grupos opositores a la ley buscaron beneficiarse de la falta de entendimiento y comprensión de los objetivos de la misma por sus beneficiarios. La mayoría de los jóvenes que protestaron porque esa ley permitía un despido flexible, están desempleados. Su problema no es que sean despedidos sino que no tienen ni han tenido trabajo y hay muy pocas probabilidades que bajo la actual ley laboral francesa obtengan un empleo.

 

Leyes parecidas a la rechazada -por ignorancia o manipulación por muchos jóvenes franceses- están en vigencia en Alemania y en otros países. Esas leyes que flexibilizan la contratación de jóvenes han incentivado a los empleadores medianos y pequeños a contratar más jóvenes sin experiencia laboral, enseñarles un oficio y darles un ingreso. En Estados Unidos a cualquier joven hasta ahora se le puede emplear y despedir sin ningún problema, lo que ha provocado que millones de jóvenes estadounidenses y latinoamericanos tengan un empleo en ese país.

 

En México el sector laboral informal se ha encargado de dar cumplimiento parcialmente a esa ley económica. Más cargas para crear empleos entre los jóvenes, menos empleos entre ellos. Más libertad de contratación a los jóvenes, más empleo y más capacitación a las nuevas generaciones. No se trata de neoliberalismo, derecha o izquierda, sino de resolver en la realidad un problema social. Lo que pasó en Francia es un ejemplo de la politización y de la errónea posición de quienes, ignorando los principios básicos de la economía, opinan -algunos de buena fe- sobre una ley de la que no tienen idea o no les importan sus repercusiones reales.