Asuntos Capitales

Errores aritméticos de candidatos

“Hay afirmaciones de candidatos que no tienen ningún sustento, pero que las lanzan para ganar votos, apostándole a la ignorancia de los electores.”


Luis Pazos
VIERNES, 16 DE JUNIO DE 2006

Cuando estudiaba en la universidad de Nueva York, a principios de los 70, compartí un departamento con un estudiante del doctorado en economía. Él formaba parte del equipo de asesores del en entonces candidato del Partido Demócrata a la presidencia. Un día lo vi cabizbajo y le pregunté qué había pasado –nos pusieron en ridículo por contradicciones a nivel aritmético. Por un lado, mi candidato prometía reducir impuestos y por otro incrementar los gastos. Nos demostraron que aritméticamente era imposible sostener esas promesas –me dijo mi amigo.

 

En los países subdesarrollados muchos candidatos pasan por alto no tan solo cálculos actuariales para proyectar los ingresos o las repercusiones en el gasto de sus promesas, sino simples sumas aritméticas. Lo importante, dicen algunos candidatos, es ganar votos. Si ganamos, después vemos cómo nos las arreglamos. Promesas sin sustento y acusaciones sin respaldo son la constante de muchos candidatos en los procesos electorales en las democracias subdesarrolladas.

 

Pocos candidatos analizan racional y aritméticamente si lo que prometen es sustentable o lo que afirman tiene fundamento. En México uno de los candidatos sostiene que las empresas grandes no pagan impuestos y que los de menores ingresos son castigados por el fisco. Basta un simple análisis de los ingresos fiscales en México para comprobar que la mayoría de los impuestos provienen de las empresas medianas y grandes. No es posible aumentar los impuestos a ese sector sin provocar una mayor pérdida de competitividad internacional o migración de empresas a otros países. Ese candidato también sostiene que mediante la reducción de salarios a los altos funcionarios, que representan el 0.1% de las plazas del sector público, va a obtener ahorros para financiar programas de ayuda a los pobres.

 

Un simple ejercicio aritmético sobre el impacto de una drástica reducción de un 30% a los sueldos del presidente, secretarios, subsecretarios, directores y de cortar las pensiones a los ex presidentes, muestra que los recursos provenientes de esos recortes en un año no alcanzarían ni para mantener quince días la nómina de los maestros en el estado más pequeño del país. La mayoría del gasto en salarios se destina a personal de los servicios de salud (médicos y enfermeras), de educación (maestros), de seguridad (fuerzas armadas y policías) y administrativos (técnicos, secretarias y personal operativo).

 

Hay afirmaciones de candidatos que no tienen ningún sustento, pero que las lanzan para ganar votos, apostándole a la ignorancia o a la superficialidad en los juicios de muchos electores, aunque después se traduzcan en desequilibrios financieros o en promesas incumplidas.