Asuntos Capitales

"Baleado el futbolista, clausuramos el antro"

“¿Quién es el dueño del bar?, ¿qué tan alto llega la corrupción?, ¿de a cuánto fue el arreglo para violar impunemente leyes y reglamentos?”


Clotilde Hinojosa de Reynaud
, DE DE
Es la nueva versión del viejo dicho: "Ahogado el niño, a tapar el pozo". El cúmulo de irregularidades y, ¿por qué no decirlo?, de evidente corrupción alrededor del ataque con un arma de fuego en contra de un futbolista profesional -Salvador Cabañas- salió a la luz exhibiendo, ¡otra vez!, al Gobierno del Distrito Federal y a su cabecita, Marcelo Ebrard, como reyes de la hipocresía. Del mismo modo que el aterizaje forzoso, desde el segundo piso del periférico, del camión de basura hace unos días sobre unos pobres automovilistas, exhibió la podredumbre del desgobierno de Marcelo. Claro, una vez que el futbolista se debate entre la vida y la muerte, la autoridad reacciona "enérgicamente" y clausura el antro. ¿Quién es el dueño del bar?, ¿qué tan alto llega la corrupción?, ¿de a cuánto fue el arreglo para violar impunemente leyes y reglamentos?