Asuntos Capitales

Una solución de mercado al problema migratorio entre México y Estados Unidos

“La interesante propuesta de visas temporales de trabajo y seguridad fronteriza de la fundación Vernon K. Krieble es una solución inmediata al problema de la inmigración mientras los políticos sigan discutiendo el tema y no se pongan de acuerdo en una solución definitiva. Finalmente, es importante recordar que el problema de millones de trabajadores indocumentados en Estados Unidos es más una situación derivada de las fuerzas del mercado y de la globalización que un problema de seguridad, por lo que dicha propuesta plantea de manera efectiva y convincente un excelente punto de partida a la solución de la problemática laboral y el control fronterizo en los Estados Unidos.”


Asuntos Capitales
MARTES, 5 DE FEBRERO DE 2008
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La afirmación de que Estados Unidos ha sido, es y será una nación de inmigrantes toma en la actualidad una mayor relevancia cuando nos referimos a los grandes flujos migratorios al que ha sido testigo dicho país durante el siglo XX y XXI. Estados Unidos continúa atrayendo trabajadores provenientes de todo el mundo y los inmigrantes siguen ávidos de ir a dicho país en busca de un futuro mejor.

Buena parte de los casos de inmigración hacia Estados Unidos son resultado de regímenes políticos socialistas cuyos líderes corruptos han conducido a sus familias a intolerables niveles de pobreza y han acabado con las esperanzas de un futuro mejor. Los inmigrantes toman la decisión y se arriesgan a recorrer el camino largo hacia Estados Unidos, muchas veces a cualquier costo, sin conocer el idioma, y no importando la distancia, en busca de la seguridad, la estabilidad institucional y la prosperidad económica que se disfrutan en un país establecido sobre la base del respeto y de la libertad individual.

Los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 cambiaron para siempre el rostro del debate en torno a la inmigración de indocumentados en Estados Unidos, colocando las legítimas preocupaciones de seguridad nacional en el centro del mismo. Tanto Republicanos como Demócratas han reconocido que la excesiva “porosidad” de las fronteras estadounidenses es un factor clave de vulnerabilidad del país frente a las llamadas “nuevas amenazas” como son el terrorismo, el tráfico ilícito de drogas, armas y personas. De cierta forma, la aproximación a la inmigración de indocumentados se ha tornado en un tema de seguridad más que un debate vinculado a las fuerzas del mercado.

El cambio en los enfoques del debate ha generado una confusión entre dos distintas expresiones del flujo de indocumentados a Estados Unidos, al colocar en una misma categoría a aquellas personas que ingresan al país con el propósito de ejercer trabajos temporales y aquellos que quieren inmigrar de forma permanente al país. Más aún, han proliferado propuestas de reformas migratorias que tienden a ignorar las realidades del mercado al centrarse casi exclusivamente en incrementar las medidas de control fronterizo. La realidad es que ninguna reforma podría ser exitosa sino se abordan de forma integral las distintas dimensiones del fenómeno migratorio, reconociendo, en primera instancia, las diferencias entre las dos categorías de personas que ingresan de forma ilegal al país.

En los diversos debates llevados a cabo en el Congreso estadounidense, la mayoría de las veces se ignora la realidad económica de que Estados Unidos necesita una enorme cantidad de inmigrantes para sostenerse a sí misma y eventualmente crecer. En Estados Unidos existen mercados que sufren por la falta de trabajadores tales como el agro, la construcción, las industrias manufactureras, la industria gastronómica, los servicios de limpieza y mantenimiento, la industria textil y los servicios de jardinería, entre otros.

De acuerdo con Eneas A. Biglione, Director del Hispanic American Center for Economic Research de Washington DC, el impacto que tiene la presencia de trabajadores indocumentados sobre la economía de Estados Unidos es altamente positivo debido a que:

  1. Los consumidores americanos pagan precios más bajos al adquirir cosas producidas por inmigrantes y los inversores del capital obtienen mayores retornos por el capital arriesgado.
  2. Los trabajadores de baja capacitación benefician a la economía de Estados Unidos al ocupar puestos de trabajo que la mayor parte de los americanos no desea tomar y para los que están sobrecalificados.
  3. La comunidad hispana en Estados Unidos destina anualmente 800 mil millones de dólares al consumo de bienes y servicios, ya que la proporción de sus ingresos dedicada al ahorro es mucho menor que la de la población americana.
  4. Los inmigrantes compiten directamente con los americanos de menor capacitación, lo que muchas veces constituye un incentivo para que estos no abandonen su educación y decidan capacitarse más.

Ante la incapacidad de los legisladores de Estados Unidos para alcanzar un acuerdo en materia inmigratoria dado los incentivos y actuaciones especulativas de cara a las elecciones presidenciales, muchos institutos privados han tomado la batuta y han iniciado la búsqueda de propuestas alternativas al tema inmigratorio que introduzcan al mismo tiempo la satisfacción de las necesidades económicas y de seguridad de la economía americana.

A este respecto la Vernon K Krieble Foundation, a través de su presidenta Helen Krieble así como Greg Walcher han presentado una propuesta muy interesante al respecto que resuelva la problemática que se presenta hoy en día. Dicha propuesta reconoce que los flujos de inmigrantes indocumentados y la demanda de mano de obra temporal, si bien son temas necesariamente interdependientes, deben ser abordados mediante políticas públicas diferenciadas. De forma particular, la propuesta incorpora un “enfoque sistémico” a esta compleja problemática, al sugerir un programa de visas para trabajadores temporales, mayor seguridad fronteriza, el concurso de la iniciativa privada y de la tecnología disponible, como elementos que, una vez articulados, podrían conllevar a una solución viable en un plazo razonable de tiempo.

La propuesta consiste en un programa de permisos temporales de trabajo que asignados privadamente, proveerían de fuertes incentivos a aquellas personas que se encuentran hoy en día trabajando ilegalmente en los Estados Unidos para que salgan del país y soliciten un permiso legal de trabajo, solucionando de esta manera la problemática fronteriza actual.

Agencias privadas de empleo establecidas en el extranjero, facilitarían el proceso de verificación de antecedentes y la coordinación de nuevas oportunidades laborales con trabajadores disponibles. Dichas agencias se encargarían además de emitir tarjetas inteligentes y verificar el cumplimiento de las leyes vigentes en los Estados Unidos, agilizando de esta forma el funcionamiento de todo el proceso a favor de trabajadores y empleadores.

De esa forma se podría certificar con un alto grado de certeza que el trabajador presta servicios a un empleador previamente autorizado dentro de un plazo determinado de tiempo. Esta visa de trabajo no ofrecería oportunidad alguna de dar residencia permanente o ciudadanía al usuario de la misma, por lo cual los procedimientos actuales para obtener ciudadanía o residencia actualmente vigentes quedarían inalterados.

En el marco de esta propuesta, aquellas personas que actualmente trabajan de forma indocumentada en Estados Unidos deberán salir del país para gestionar adecuadamente y de conformidad al sistema establecido, su visa de trabajo temporal. Naturalmente, si bien ésta es una de las partes más complejas de implementar, no resulta difícil imaginar que aquellas personas que trabajan sin el permiso requerido tendrían un fuerte incentivo para hacerlo si se les ofrece las garantías de que el proceso será rápido y seguro. Además, una vez que entre en vigencia el sistema los empleadores no podrían hacer mano de obra al margen de las nuevas prerrogativas so pena de fuertísimas sanciones, lo que en sí mismo se constituye en un incentivo adicional para que los trabajadores indocumentados legalicen su estatus.

Las visas de trabajo estarían manejadas por empresas privadas que actuarían de intermediarios entre las empresas que requieren mano de obra abundante y los trabajadores de otros países que están deseosos de conseguir mejores oportunidades de empleo que las del propio país. Las visas implicarían una investigación de la persona y cualquiera que no sea un criminal o tenga alguna enfermedad contagiosa sería aceptado de inmediato. No habría restricción en el número de visas sino que la demanda de trabajo determinaría, en cada época, la cantidad de visas necesarias para satisfacer esa demanda. Así, oferta y demanda de trabajo regularían libremente la cantidad de visas a emitir.

Con esto, el control fronterizo sería más fácil y económico de llevar a cabo, dado que la mayoría de la gente que hoy cruza ilegalmente la frontera, comenzaría a desaparecer y obtendría la facilidad de ingresar legalmente al país.

La interesante propuesta de visas temporales de trabajo y seguridad fronteriza de la fundación Vernon K. Krieble es una solución inmediata al problema de la inmigración mientras los políticos sigan discutiendo el tema y no se pongan de acuerdo en una solución definitiva. Finalmente, es importante recordar que el problema de millones de trabajadores indocumentados en Estados Unidos es más una situación derivada de las fuerzas del mercado y de la globalización que un problema de seguridad, por lo que dicha propuesta plantea de manera efectiva y convincente un excelente punto de partida a la solución de la problemática laboral y el control fronterizo en los Estados Unidos.