Quién sabe cómo gobierne a la Ciudad de México, pero Marcelo Ebrard está escribiendo, a marchas forzadas, un manual para ser un buen progre cosmopolita o "cómo salir de Macuspana para acabar en la Gran Manzana". Las primeras normas del manual Ebrardiano son: 1. Ir a trabajar los lunes primeros de cada mes en bicicleta, acompañado de una nube de guardias y fotógrafos, 2. Posar de víctima de la represión eclesiástica por una excomunión que nunca existió, 3. Promover anónimos y masivos desnudos en el Zócalo - para beneficio de un adinerado fotógrafo- pero después hacerle el "fuchi" al asunto apenas brotan las críticas, 4. Ser chambelán oficial de fiestas de quinceañeras en el famoso Zócalo; quinceañeras - por cierto- a las que Ebrard jamás habría invitado a su rumbosa boda el otoño pasado, 5. Hacer grandes areneros a imitación de las "playas del Sena" en París, pero en este caso en lugar del Sena el "arroyo" es el Periférico Sur - baches incluidos- a orillas de la Villa Olímpica, 6. Promover la educación para la competitividad global en las escuelas de la capital introduciendo el náhuatl como materia obligatoria, así los jóvenes capitalinos podrán competir mejor con los neozelandeses que hablan maorí. ¡Oh, sí!, ¡cuanto progresismo cosmopolita!