El
gobierno federal está proponiendo un gasto de 2.8 billones de pesos para el
2009. Como siempre el presupuesto será controvertido y sin duda se harán
modificaciones en el Congreso. Pero lo significativo es que en un año en que la
economía está desfalleciendo, los altos precios del petróleo nos ofrecen la
posibilidad de aumentar el gasto público en 5.7 por ciento real a pesar de una
recaudación decepcionante en impuestos, especialmente los surgidos de la
“reforma fiscal” del 2007 que supuestamente debería haber resuelto los
problemas de fondo del sistema tributario de nuestro país.
Buena
parte del aumento en el gasto se está yendo a los rubros de seguridad. Dos de
las entidades con mayores aumentos en su presupuesto son
El
mayor incremento en el 2009, sin embargo, no será de una institución de
seguridad o de asistencia social. El IFE será el gran ganador de la lotería
presupuestaria, por lo menos si se aprueba su propuesta de aumentarse el presupuesto
en 54 por ciento. Claro que el 2009 será un año electoral, lo cual no ocurrió
en el 2008. Pero los 12 mil millones de pesos que pide el IFE para el 2009 son
casi iguales a los 13 mil millones gastados en el 2006, año en que hubo
elecciones presidenciales y en el que no estaba en vigor una reforma electoral
que supuestamente haría más baratos los procesos electorales.
Entre
las entidades que tienen mayores recortes en el gasto están
Todo
el esquema del gasto se fundamenta, por supuesto, en que se mantengan los altos
precios del petróleo. Siguiendo la fórmula diseñada hace años para definir el
precio estimado del crudo del año siguiente,
El problema es que la recaudación tributaria sigue siendo
muy endeble. Se buscaba fortalecerla con la reforma fiscal del 2007, pero la
recaudación es inferior como porcentaje del producto interno bruto que en el
2002. El IETU, que estaba programado para recaudar más de 70 mil millones de
pesos en el 2008, sólo logró 50 mil millones. Y las perspectivas son sólo un
poco mejores para el 2009. El impuesto sobre depósitos en efectivo, mientras
tanto, sólo está recaudando tres mil millones de pesos al año, virtualmente
nada en un presupuesto de 2.8 billones de pesos. Esto significa que si se cae
la recaudación petrolera, cosa que no puede de ninguna manera descartarse, el
gobierno mexicano entrará en una nueva etapa de crisis.