1.
2.
Nos dijeron: “Es el rescate o el caos”. El acuerdo no pasó y
hubo una jornada de miedo en los mercados financieros del mundo pero no hay
evidencias de que los propios mercados no puedan procesar el fracaso del plan
de rescate.
3.
Si John McCain
suspendió temporalmente su campaña para empujar, con los legisladores de su
partido, la aprobación del rescate, su estrategia fue un fracaso. Fueron los
republicanos, los correligionarios de McCain, los que
mayoritariamente votaron en contra.
4.
Han dicho varias veces a lo largo de este año: “Es demasiado
grande para dejarlo quebrar”, lo mismo si se trata de Bear
and Stearns que de Fannie Mae, Freddie
Mac o AIG. Es mentira: En un mercado libre nadie debe
ser tan grande como para no pagar sus errores.
5.
Las carretadas de dinero –sólo ayer 620 mil millones de
dólares inyectados a través de los bancos centrales- NO han llegado a donde
tenían que llegar o NO han servido para hacer solvente lo que seguirá siendo
insolvente. La creencia neokeynesiana de que la
liquidez es la panacea fracasó.
6.
Después de los sismos de 1985 se dijo que las edificaciones
en la ciudad de México eran más seguras que antes de los sismos. En efecto: Lo
que se tenía que caer, o se podía caer, ya se había caído… y a raíz de la
tragedia surgió una reglamentación mucho más rigurosa para las construcciones.
7.
La “jugarreta” de una mayoría de los representantes
republicanos, consistente en votar en contra del rescate propuesto, podría
(subrayo: podría) haber puesto un “piso” a la debacle, con mayor efectividad,
al menos, de la que podría surgir de la aprobación del propio programa de
rescate.
8.
La misma “jugarreta” puede marcar un “hasta aquí” a las
políticas públicas que han alimentado la “pedagogía de la irresponsabilidad” (moral hazard).
Con visión de largo plazo, y por elemental congruencia intelectual, ése “hasta
aquí” es lo mejor que le puede pasar a la economía mundial.
9.
En México habrá que regresar todo el paquete presupuestal de
2009 al escritorio de los diseñadores.
10.
En el futuro, ningún libro de historia del siglo XXI podrá
omitir una referencia explícita al lunes 29 de septiembre de 2008.