Describiendo la restricción presupuestal blanda,
característica de los países socialistas, el economista húngaro Janos Kornai escribió en 1983,
antes de la caída del muro de Berlín, lo siguiente:
“Ya hemos utilizado la
analogía del Estado como compañía general de seguros. Este deseo de estabilidad
y seguridad es lo que motiva a impedir la ‘selección natural’ que lleva a cabo
el mercado, para, en cambio, garantizar la supervivencia de bancos y empresas
productoras ineficientes”.
Pues bien, en este caso no estamos hablando ni de la extinta
Unión Soviética, ni de la otrora socialista Hungría (como hizo Kornai en su momento), sino de los Estados Unidos en el
otoño de 2008 donde se reedita en gran escala el cuento de que el Estado es una
gran compañía de seguros universales que evita la crueldad asociada al sistema
de mercado, las pérdidas, las quiebras, el desempleo y las consecuencias de la
irresponsabilidad.
No hay ninguna certeza de que se lograrán evitar las
desgarradoras tragedias de la gran depresión, al estilo de “Viñas de la ira” de
John Steinbeck, pero el
gobierno –prometen- hará su mejor esfuerzo: al salvar a los burbujeantes e
irresponsables financieros evitará –dicen- que alguna familia pobre tenga que
emigrar en un auto destartalado en busca de un trabajo mal pagado en California.
Todo esto tiene un tufo profundamente socialista (¿de eso se
trata en realidad el “conservadurismo compasivo” de George
W. Bush?) y es un monumental ejemplo de la pedagogía
de la irresponsabilidad; aumentar de 100 mil a 250 mil dólares el seguro para
los depósitos en los bancos, castiga a los bancos que han sido prudentes y
productivos a favor de los temerarios e irresponsables. Disminuye la disciplina
propia de la competencia en el mercado, estimulando la indiferencia del
público: No importará ya si el banco X es mal administrado porque la gran
aseguradora universal (gobierno compasivo) garantiza mis depósitos contra todo,
incluida la incompetencia y la irresponsabilidad.
¿Será que el muro de Berlín lo están construyendo de nuevo
en Wall Street?