Hay
que tomar las cosas, y los consejos, considerando de quién vienen.
Un aventurero de los negocios, el español Juan Villalonga, ex presidente de
Telefónica, ex amigo de la infancia de José María Aznar
y marido de la guapísima mexicana Adriana Abascal –a su vez, ex pareja del
legendario Emilio Azcárraga Milmo,
el Tigre-, estuvo el sábado en Valencia, España, dando su versión de la crisis
global y ofreciendo consejos para sacarle provecho.
Los
abusadillos –epíteto benévolo para calificar a los abusones–
son listos que, con el tiempo y unos millones de dólares, empiezan a hablar sin
tapujos, dejando atrás la hipocresía (ese tributo que el vicio solía rendir a
la virtud, en palabras de Francois de La Rochefoucauld) como una penosa debilidad propia de
políticos o de novios en busca de la aprobación y los favores ajenos.
Tal
el caso, me parece, de Villalonga. Abusadillo renombrado quien dijo, sin rubor,
que esta crisis global se resolverá de la misma forma que se gestó: Inundando
de dinero verde (dólares) el mundo, dándole la salida de sus aprietos a quienes
se endeudaron alegremente, para que se sigan endeudando y consumiendo sin
remilgos lo que se ofrezca: petróleo, casas hipotecadas, SUV’s,
afeites, fiestas rumbosas y demás. “Keynesianismo para negociantes
abusadillos”.
Cito
las palabras, no tan desencaminadas (aunque cínicas), de este aventurero que
ahora quiere ser presidente del Real Madrid:
“Los
mismos elementos que nos han llevado a la crisis, nos sacarán de ella”. Las
causas: Un exceso de liquidez propiciado por la política monetaria de la
Reserva Federal y una falta de regulación. La vías para salir: “Una política
monetaria que vuelva a dar liquidez y seguir el camino contrario de lo que
parece establecido; en lugar de más regulación lo que necesitamos es hacer la
vista gorda” (ver diario “Cinco Días”).
¿Cómo
estar entre los beneficiados por la crisis? Pues sencillo: “Hay que hacerse
amigo de los que tienen el capital”.
Ya
lo saben: El “amiguismo” nunca muere. Capitalismo sí, pero de compadres.