La libertad ha sido, y será siempre, el objetivo de búsqueda de todo ser humano. Me atrevo a decir, que independientemente de su credo social o su ideología de vida, toda persona desea y busca la libertad, pues la libertad es intrínseca al ser humano, el ser humano nació para ser libre.
Pero por qué buscamos ser libres, qué a caso no lo somos desde que nacemos. Por desgracia existen sistemas sociales, que aunque en el fondo se concibieron para generar bienestar, la realidad es que reprimen todo intento de la búsqueda personal por tener un mejor nivel de vida. Dichos sistemas sociales, llámense comunismo, socialismo, fascismo, tercera vía, capitalismo de estado, etcétera, todos ellos reprimen las libertades de los individuos (y por consiguiente, la capacidad del desarrollo personal y familiar), a favor del beneficio de algunos grupos sociales. La excusa: la libertad es peligrosa para el ser humano.
En el mundo actual, en donde creemos que en su gran mayoría impera la libertad, no hay tal cosa. Nacemos marcados para ser educados en servidumbre. Hay quienes declaran que nacemos con derechos, pero nunca nos explican que también nacemos con obligaciones. Si bien, hay países más libres que otros, en casi todos los países que se dicen ser libres y defienden la libertad, tenemos que también sujetan a sus ciudadanos a una serie de derechos colectivos: todos tenemos derecho al trabajo, a una vivienda digna, a la educación, a un sistema de salud de calidad y otros más. Todo esto suena y se ve bien, pero a qué precio. No nos muestran la otra cara de la moneda: desde que nacemos estamos sujetos a una educación obligatoria e impartida por el Estado (los padres no pueden elegir cuál es el mejor modelo educativo para sus hijos); a un trabajo gobernado por leyes que no promueven su crecimiento; a sistemas de salud de pésima calidad y a viviendas que no reflejan la calidad de vida que el Estado pregona. Todo eso sin faltar las altas tasas impositivas, que disminuyen el salario y encarecen los productos y servicios. Los dichosos derechos no son tales, tenemos que pagar altos costos por ellos.
Ya ni hablemos de seguridad. Es una de las principales razones del por qué un gobierno tiene excusa de existir, pero los gobiernos están tan enmarcados en sus ideologías represivas, que lo último que les importa es proteger a la ciudadanía.
Cuando los individuos llegan a comprender la opresión de los sistemas sociales colectivistas, es en ese momento que comienzan a buscar la libertad. Sin embargo la búsqueda puede recaer en otro sistema social, también colectivista, que promete los mismos derechos o más, sólo que ahora con el mecanismo que “¡sí funciona!”. El ciclo se puede repetir de fracaso en fracaso, pues la ignorancia puede ser nuestro mayor enemigo, aunado a los cantos de sirena de los políticos: no te responsabilices de nada, yo te ofrezco todo.
La libertad sólo la encuentran aquellos que la conocen, la han conocido o que han comprendido su naturaleza.Una persona que conoce y valora su derecho a ser libre, busca en todo momento un ámbito de libertad.
A lo largo de la historia humana, la sociedad ha experimentado o vivido el fenómeno de la migración. Los detonantes de los fenómenos migratorios pueden ser aquellos que se presentan por desastres naturales, inestabilidad social o económica, conflictos políticos, guerras, hambre, falta de aceptación cultural o religiosa, etcétera. Todos los casos mencionados cuentan con un factor en común: limitan el libre desarrollo del o de los individuos, que finalmente terminan tomando la decisión de migrar. Es posible que en etapas de extremo sufrimiento, sea esto el disparador de nuestra innata necesidad de buscar entornos más libres.No es de extrañar que, en la época moderna, se hayan forjado naciones enteras gracias al fenómeno de la migración humana. Estados Unidos de Norteamérica es un ejemplo de ello (Historia en el aula, s.f.):
En América del Norte no había grandes imperios ricos para explotar ni riqueza fácil. Para tomar la decisión de emigrar hacia esa región había que estar en problemas. Y muchos ingleses a comienzos del siglo XVII tenían problemas económicos y religiosos. La religión oficial anglicana se impuso como única e intolerante. Los miembros de la secta de los puritanos, particularmente, sufrieron duras persecuciones y comenzaron a emigrar.
Un grupo de hombres y mujeres puritanos, se embarcaron en el buque Mayflower y llegaron en 1620 a las costas de América del Norte. Allí fundaron la primera de las futuras trece colonias, Massachusetts.
Dichas naciones han sido ejemplo de prosperidad, gracias al encuentro con la libertad y a que la han valorado, y han tratado de mantenerla.
Hoy día, y desde hace poco más de un siglo, varios países –de todos los continentes—son presa de gobiernos enemigos de la libertad. Esto ha suscitado que se recrudezca la migración en distintos puntos del orbe. Aún y que muchos gobiernos (tanto aquellos que son generadores de migrantes, como los que se vuelven receptores) trabajan en paliar este fenómeno (el de la migración), lo cierto es que los beneficios han sido mayores, pues los inmigrantes y sus familias e incluso los países receptores han experimentado prosperidad económica gracias al ánimo natural del ser humano de progresar para vivir en mejores condiciones de vida.
Los migrantes suelen ser la mejor mano de obra calificada y no calificada, por una razón tan simple como: buscaron la libertad para satisfacer sus propios intereses, desarrollando todo el potencial de que fueron capaces.
El presente y el futuro de la migración, no termina en el ámbito geográfico. Existe otro entorno donde cada día se llevan a cabo más y más transacciones interpersonales: sociales, culturales, económicas, científicas, filosóficas, laborales, etcétera.
Internet es esa frontera, una pasarela al mundo entero. Puedes encontrarte recostado en tu sofá (como en este preciso momento me encuentro), mientras te encuentras navegando por mares de información de cualquier parte del planeta. Dicha información no se sujeta a los cánones ideológicos o políticos del gobierno del país en el que estás, no paga sus impuestos, ni aranceles. Es una frontera en donde puedes vender, comprar, importar y exportar algunos productos y servicios, sin necesidad de estar sujeto a régimen fiscal local. En la Internet eres un ciudadano de cualquier parte del mundo.
Todo aquel que ha experimentado con el uso de la red de redes, se ha convertido, tal vez sin saberlo, en un inmigrante. Incluso, y sólo tal vez, ha sido partícipe de generación de riqueza y simplemente lo ha ignorado.
Esta nueva frontera es el ámbito donde sólo las personas que buscan la libertad, pueden encontrarla; si bien no en su totalidad, sí en gran parte y aquí trataré de explicar (en esta serie de entregas) de qué manera una sociedad de cualquier país (con cualquier grado de libertad o de servidumbre) puede desprenderse de las cadenas totalitarias que la aprisionan y librarse, en gran parte, de un gobierno enemigo de la libertad.
Referencias
Historia en el aula, (s.f). El nacimiento de los EEUU. EL HISTORIADOR. Extraído el 24 de Febrero de 2010 desde http://www.elhistoriador.com.ar/aula/varios/nacimiento_de_eeuu.php