9/24/2008
Los maistros borbónicos
Fernando Amerlinck

Las mercedes reales eran privilegios reservados al alta aristocracia en la Nueva España. Los cargos de trabajo y de comercio se compraban, porque explotar comercialmente algo estaba reservado al monarca. (Aún no nacía Adam Smith, quien protestó contra tal práctica, que empobrecía a los pobres al sujetarlos a la voluntad del rey y de sus cortesanos, cuates y aliados.)

 

Los antiguos linajes familiares heredaban los cargos a sus hijos y nietos, porque provenían de la voluntad del Rey. El Virrey no era más que el gerente de la sucursal; claro que él estaba más cerca de los aduladores y peticionarios de favores y de chambas, de modo que el gerente era el Mero Mero, aquél de los más tronadores chicharrones.

 

Conforme a tan noble y antigua tradición, los maistros de Morelos siguen la práctica de los reyes borbónicos, que comenzaron por S.M. Don Felipe V, Duque de Anjou, y continuaron en la Nueva España hasta el célebre Rey Fernandito: D. Fernando VII, en cuya defensa gritó el primer Grito D. Miguel Hidalgo, cura de Dolores, el 16 de septiembre de 1810. (No gritó esa noche por la independencia de la Nueva España, sino a favor de Fernando VII y contra el gobierno usurpador de Pepe Botella, hermano de Napoleón; protestó contra el borrachín mancillador de la soberanía española.)

 

Las prácticas borbónicas motivaron un notable escrito llamado Sentimientos de la Nación, suscrito por el hombre cuyo apellido nombra al estado de donde provienen los borbónicos maistros que exigen hoy mantener dos mercedes reales: heredar sus plazas, y poder venderlas al mejor postor. El cura Morelos redactó el 31 de octubre de 1814 ese documento, que en su punto 13 dice a la letra:

 

“Que las Leyes generales comprehendan á todos, sin excepción de Cuerpos privilegiados, y que estos solo lo sean en cuanto al uso de su ministerio”.

 

194 años no es nada, qué fútil la jugada. En 2008 desde el estado de ¡Morelos! defienden sus cuerpos privilegiados porque son “usos y costumbres”, y los niños no reciben clases (con lo cual esos niños morelenses salen ganando).

 

Decía don Antonio Haas: “La civilización se erige sobre los escombros de usos y costumbres superados.” ¡Pero no es justo! El maestro Haas podría saber mucho de aguacates, pero era políticamente incorrecto, y seguro que era neoliberal. Quien llame neoconservadores y borbónicos a los maistros de Morelos, será un vulgar neoliberal. Los maistros bloqueadores de calles son ora sí que bien revolucionarios y harto progresistas.



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