Lo
que no sabemos hoy: No sabemos, nadie lo sabe a ciencia cierta, cuál es la
magnitud de los activos financieros dañados que están intoxicando a la economía
global. Durante el fin de semana, por ejemplo, todas las señales de alarma se
encendieron en Europa al comprobarse que la operación de rescate del gran banco
hipotecario alemán Hypo Real Estate (HRE, el segundo
en tamaño en ese país) había fracasado porque se subestimaron los recursos necesarios
para el salvamento (hoy parece que se requerirán de inmediato 50 mil millones
de euros, en lugar de 35 mil millones, y a partir de 2009 inyecciones hasta por
100 mil millones de euros) y porque los bancos privados asociados al rescate no
avisaron a tiempo a las autoridades que se retiraban de la operación justo por
los errores de cálculo. Huelga decir que el disgusto de las autoridades
alemanas es mayúsculo.
Tampoco
sabemos hoy si los recursos aprobados por el Congreso de Estados Unidos serán
suficientes para desintoxicar de activos en problemas a los bancos
estadounidenses, ni sabemos si en el Reino Unido deberán decretarse nuevas
inyecciones de liquidez o incluso nacionalizaciones para otros bancos en
problemas.
Sí
sabemos, en cambio, que variables clave de la evolución de esta sequía global
serán: el precio relativo del dólar, las tasas de interés, la dirección de los
movimientos de capitales (incluidas las reservas de varios países) hacia
Estados Unidos o hacia fuera de Estados Unidos, la magnitud de la
desaceleración de la economía china, la flexibilidad de la economía
estadounidense para adaptarse a la recesión, el precio del petróleo y de otros
bienes genéricos y homogéneos (commodities), la
magnitud del paro en Europa y las acciones que la Unión Europea y el Banco
Central Europeo adopten para hacerles frente. Todas ellas, y otras variables,
están interrelacionadas de forma no lineal.
Tratar
de ponerle número exacto o aproximado a cada una de estas previsiones es una
locura. Otra vez queda desmentida la ilusa pretensión de que la economía –o, en
general, las ciencias sociales- puedan aspirar a realizar pronósticos puntuales
como los de las ciencias físicas.