10/23/2008
Atrapados en el dólar
Ricardo Medina

¿Y si, empezando por China, diversas economías emergentes cambian de moneda favorita (dólar) para invertir sus cuantiosas reservas soberanas y lo mismo hacen miles de inversionistas internacionales? Por “lógico” que parezca, a la vista de los desastrosos datos fundamentales de la economía estadounidense, eso no sucederá…

 

El costo de salirse del dólar es inmenso, eso explica a mi juicio porqué se ha convertido -¡junto con el yen japonés!- en el refugio elegido por los inversionistas asustados.

 

¿Por qué sería tan caro abandonar el dólar? Por las pérdidas. La mayor parte de las reservas de las economías emergentes invertidas en bonos del Tesoro de Estados Unidos se construyeron con dólares “baratos” (digamos, en el caso de México, con dólares a menos de 11 pesos o, incluso, en mayo o junio de este año, con dólares a menos de diez pesos y cuando el precio de la mezcla mexicana de petróleo estuvo alrededor de los $130 dólares el barril) y en momentos en los que los precios de los “commodities” exportados por esas economías emergentes estaban por las nubes; hoy la situación es la inversa: el dólar está en su mejor nivel de los últimos 18 meses, comparado con una canasta ponderada de divisas, y los precios de los “commodities” han caído espectacularmente; la recesión ha desplomado las cantidades demandadas. ¿Para qué perder deliberadamente el “valor” de las reservas?

 

Además, el mismo movimiento de capitales huyendo del dólar ¡depreciaría en automático el “valor” de los activos de quienes huyan! Y, pequeño detalle: ¿Salirse del dólar para ir hacia dónde? Inevitablemente, cualquier divisa o cualquier activo sustituto (oro, plata, dinero electrónico, lo que sea) se valuaría ¡en dólares!

 

La imagen no es muy agradable, pero recuerda a la de esos pobres tipos que, en medio de una soporífera sobremesa con amigos más o menos ebrios, intentan abandonar la tediosa tertulia y de inmediato son reconvenidos: “¡Pero, Fulano, ¿a dónde vas que más valgas?”. Y Fulano se queda, resignado, porque después de todo su “amigo” (mister dólar) parece tener razón: ¿A dónde puede ir que más valga? Triste, pero cierto.



«Regresar a la página de inicio