LUNES, 18 DE FEBRERO DE 2008
Entrevista con Andrei Illarionov e Ian Vásquez
¿A quién apoya usted en el conflicto por el ejercicio de la revocación de mandato?
Al INE
A López Obrador

Ricardo Lecumberri






La democracia no es un sinónimo de libertad. Es más, muchas veces la democracia puede reducir las libertades de las personas, como ha sido el caso en buena parte de Latinoamérica. La democracia hay que entenderlo como una manera de escoger cómo se ejerce el poder, y eso puede ser usado para bien o para mal. Por lo tanto, los que estamos interesados en la prosperidad y en la libertad estamos interesados en buscar maneras en que podemos limitar el poder, es decir, crear democracias liberales, no crear democracias no liberales como existen en buena parte de Latinoamérica, en que uno tiene la libertad de votar, pero una vez que se vota, el gobernador puede hacer lo que le da la gana.


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La semana pasada el ex consejero económico del presidente ruso Vladimir Putin durante 2000-2005, y ahora Académico Titular del Centro para la Libertad y la Prosperidad Global del Cato Institute, Andrei Illiarionov, así como el director del Centro para la Libertad y la Prosperidad Global del Cato Institute, Ian Vásquez, visitaron brevemente la Ciudad de México para compartir sus puntos de vista respecto a la situación actual de México y Latinoamérica, su libertad económica y la disposición para hacer reformas orientadas en este sentido, entre otras cosas. A continuación un extracto de la entrevista que realizó el MBF a ambos expertos.

¿Es fácil implementar las reformas deseadas en un país? ¿Cómo romper los paradigmas?

Ciertamente no es fácil, pero el camino hacia las reformas en este sentido en el caso de Rusia vino de un historial de 10 años consecutivos de crisis, bajo crecimiento económico, alta inflación. Bajo ese escenario fue más fácil implementar un cambio, sobre todo cuando las personas y la población en general se convence de que no es posible seguir así. Un escenario de crisis económica sienta las bases para posibles reformas. Es decir, no recomiendo que los países tengan crisis como camino para realizar los cambios que el país necesita, sin embargo, si hay una crisis económica en el país generalmente se genera una oportunidad para construir consensos, construir mecanismos para una reforma.

Los políticos son una parte importante para este cambio. ¿Ellos tienen la voluntad para cambiar las cosas?

Los políticos o legisladores se convierten en una de las fuerzas principales en este cambio, ya que se les presenta la oportunidad de hacer algo bueno o correcto a los ojos de la población. La población realmente quiere vivir mejor y realmente demanda reformas económicas. A esas alturas existe un gran consenso para hacer reformas derivado de la crisis de las instituciones.

Reformas parciales conducen a resultados parciales ¿Esto es cierto?

Es verdad, e incluso, a veces las reformas parciales suelen ser más perjudiciales que una situación en la que no se hace nada, y a pesar de que existe un gran debate de que es mejor la aplicación de reformas a un status quo, y de la cual existe una gran evidencia al respecto, las reformas parciales a veces pueden crear un incentivo para las autoridades a generar círculos de corrupción y hacerse de más dinero a través de esta vía.

En lo personal yo recomendaría que las reformas que se hagan en México sean totales y completas y no sólo en partes. El ejemplo más claro lo encuentran en su sector energético, en donde se habla que la reforma en este rubro tiene que ver solamente con poder permitir cierto tipo de participación de la inversión privada en Pemex, lo cual a mi manera de ver no sería lo más deseable y lo más recomendable para el país. Yo recomendaría tres caminos: 1) desmonopolizar a Pemex; 2) privatizar y 3) desregular el sector petrolero. Este tipo de acciones atraería a los grandes inversionistas nacionales y extranjeros a participar en la exploración, extracción, transportación y refinación del petróleo.

¿Es posible la libertad económica sin la libertad política?

Claro que sí existe la posibilidad de tener libertad económica sin tener libertad política y de hecho hemos visto muchos casos en el mundo donde se ha dado eso. Podemos ver el caso del Asia del este que empezó con reformas económicas bajo regímenes autoritarios por muchos años, cosa que en la mayoría de los casos ha llevado a la libertad política, o sea que es difícil pensar en libertad política sin tener libertad económica, pero la libertad económica puede existir por lo menos por un periodo de tiempo sin libertad política y ayuda a conducir hacia la libertad política como ha sido el caso de Corea del Sur, Taiwán, Chile y hasta en México donde se hicieron reformas económicas que terminaron democratizando cada vez más al país.

Pero volvemos al mismo problema de que son reformas parciales y que no conducen necesariamente a los resultados deseados. En México seguimos en una discusión ideológica sobre si el Estado debe o no seguir teniendo el control sobre el petróleo…

En todo caso si hay democracias o no hay democracias lo importante a la hora de hacer reformas e ir en la dirección hacia la libertad económica es hacerlo de una manera coherente y consistente en todos los aspectos económicos como fue el caso exitoso de Chile de liberalización económica y que fue también un caso exitoso de apertura política y donde se ha mantenido ese modelo con éxito, con alto crecimiento y mayor modernización en ese país, lo que no se ha dado en buena parte de Latinoamérica, donde la región en general, no llegó ni a mitad de camino en términos de libertad económica. Eso fue el caso de México.

Para confundir las cosas, muchas reformas en Latinoamérica fueron acompañadas de errores colosales en políticas públicas que no tenían nada que ver con libertad económica, como por ejemplo el mal manejo de la deuda, la manipulación del tipo de cambio, el sobregasto descontrolado, por lo tanto, hay muchos que asocian estas políticas liberales con crisis económicas o bajo crecimiento y por lo tanto viene una conclusión errónea y que es que han fallado las políticas liberales cuando la verdad ha sido todo lo contrario. Entonces existe una gran confusión en buena parte de Latinoamérica respecto a cuál ha sido el papel de estas reformas de apertura y crecimiento, y por lo tanto se está dando esta batalla ideológica hoy en día en todas las regiones. Por un lado hay los que favorecen la democracia liberal, el mercado y la modernidad y por otro lado el populismo, el autoritarismo y la centralización del poder político.

¿Es necesario tocar fondo para llevar a cabo un cambio?

No creo que sea necesario, pero desgraciadamente en Latinoamérica parece ser que la crisis es lo que inspira las reformas o por lo menos concentran las mentes de los políticos y por eso es importante seguir documentando los casos en Latinoamérica de qué funciona, qué no funciona y hacer propuestas en todo momento aún cuando se piensa que no se están prestando atención, porque algún día u otro va a haber otra crisis, va haber algún momento en que se van a tener que cambiar las políticas y tomar decisiones, y ese es el momento en donde la gente será preguntada sobre cuál será el análisis que ha tenido más razón.

¿Es importante en todo esto el Estado de Derecho?

El Estado de Derecho es clave para el desarrollo económico y también para el desarrollo de cualquier democracia. Es una parte clave tanto la libertad civil, la libertad económica y la libertad política, y por lo tanto es clave y hay un consenso alrededor de eso. Lo que no hay un consenso es cómo promover el Estado de Derecho.

La democracia no es un sinónimo de libertad. Es más, muchas veces la democracia puede reducir las libertades de las personas, como ha sido el caso en buena parte de Latinoamérica. La democracia hay que entenderlo como una manera de escoger cómo se ejerce el poder, y eso puede ser usado para bien o para mal. Por lo tanto, los que estamos interesados en la prosperidad y en la libertad estamos interesados en buscar maneras en que podemos limitar el poder, es decir, crear democracias liberales, no crear democracias no liberales como existen en buena parte de Latinoamérica, en que uno tiene la libertad de votar, pero una vez que se vota, el gobernador puede hacer lo que le da la gana. Eso no es el modelo que ha sido exitoso en los países prósperos, al contrario, los países prósperos llegaron a ser ricos a través de limitar el poder, y una vez que ya tenían el Estado de Derecho, comenzaron a hacer muchas cosas como vemos por ejemplo en Europa y Estados Unidos de hacer grandes gastos de gobierno, y que en lo personal, no me parecen buenas políticas, pero que por lo menos hay Estado de Derecho y no se llega a una corrupción, descontrol y empobrecimiento que es el caso de Latinoamérica.

Primero, hay que checar el Estado, limitar el poder y después ser ricos. Y si se quiere una vez que hay prosperidad en Latinoamérica se pueden debatir los temas políticos que se debaten en los países ricos, pero no hay que pensar que a estos niveles de pobreza, se puede dar el lujo de gastar el 25 ó 30% del PIB y además pensar que se va a gastar bien, porque no existen las instituciones que sí existen en los países ricos.


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