Escasez, hambruna, desesperaci�n y un ingreso por persona que no es ni la mitad del mexicano. Es Estonia a principios de la d�cada de los noventa. Miles de personas se amontonan en las calles para conseguir un plato de sopa, un trabajo, una oportunidad. El peque�o pa�s al noreste de Europa acaba de abandonar el comunismo y sus ciudadanos enfrentan la peor crisis econ�mica de su historia: desabasto, inflaci�n de 1,000%, desocupaci�n de 35% y una ca�da del producto interno bruto de m�s del 30% al a�o.

De repente, hacia 1992, un historiador de 32 a�os, Mart Laar, cuya �nica noci�n de econom�a hab�a sido la lectura de Libres para Elegir (Free to Choose) de un -para �l desconocido- economista norteamericano de la Universidad de Chicago llamado Milton Friedman, es electo primer ministro del naciente pa�s b�ltico.

Despu�s de leer el libro, Laar cre�a que la �nica manera que ten�a Estonia de salir de la crisis consist�a en deshacerse por completo del legado de su pasado comunista y devolver a la gente la libertad de elegir y planear su propio destino mediante reformas estructurales orientadas al libre mercado.

As� que el joven primer ministro, a pesar de la desaprobaci�n de sus asesores econ�micos, llev� a cabo un estricto programa de privatizaci�n, recort� dr�sticamente los programas estatales de bienestar, disminuy� los impuestos y promovi� la liberalizaci�n del comercio internacional.

Sin la asfixia del Estado se reactiv� la actividad econ�mica. Cuando las personas volvieron a ser libres para elegir se generaron los incentivos para trabajar, invertir, ahorrar, crear. Desde entonces, Estonia registra cada a�o un crecimiento econ�mico por encima del 7% en promedio, con una tasa de inflaci�n anual menor al 3%. El ingreso por persona ha alcanzado los 16 mil d�lares, doblando el de M�xico, y sigue en pleno aumento, mientras el desempleo es el menor en la historia de ese pa�s.

Ahora Estonia ocupa el s�ptimo sitio en el �ndice de Libertad Econ�mica (antes, incluso, de Canad�, Estados Unidos o Nueva Zelanda); un estudio que demuestra que los pa�ses que m�s libertad econ�mica brindan a sus ciudadanos son los que alcanzan las mayores tasas de crecimiento e ingreso per capita.

En mayo pasado, Mart Laar recibi�, en la ciudad de Chicago, el Premio Milton Friedman por el Avance de la Libertad en el Mundo que otorga cada dos a�os el Instituto Cato. Y es que Laar, sin duda, merece tan reconocido galard�n s�lo por demostrar al mundo algo tan sencillo como que con un poco de sentido com�n y gran fe en la libertad individual se puede hasta caminar en el agua.

Friedman nos ense�� que las ideas de sentido com�n, como devolverle a las personas la libertad de elegir sus destinos, transforman al mundo, y lo ocurrido en Estonia es s�lo un ejemplo de tantos.

Asuntos Capitales lamenta la p�rdida de uno de sus m�s valiosos colaboradores. En este foro, el Profesor Friedman nos dej� profundas reflexiones, como esa de que la �nica soluci�n efectiva para corregir las �imperfecciones obvias del mercado� es el mercado mismo, cuando nos explicaba el error que comet�a Hong Kong al abandonar su pol�tica de �no-intervencionismo positivo� (�Hong Kong equivocado�). O aquella de que la calidad de la educaci�n se alcanzar�a mucho mejor estimulando la competencia de un mercado educativo que a trav�s de un monopolio estatal dedicado a construir edificios y manejar escuelas (�Educaci�n, la promesa de los cupones�).

Ahora, los colaboradores de Asuntos Capitales dedican este d�a a repasar las ideas de una de las mentes m�s brillantes del �ltimo cuarto de siglo, en espera de que alg�n d�a sepamos reconocer las consecuencias de las sencillas pero poderosas ideas que aport� en vida este gran hombre para dejar de hacernos da�o a nosotros mismos. Ojal� sea pronto, antes de que el sufrimiento y el atraso nos obligue a hacerlo.

Al centro: Milton y Rose Friedman. De izq. a der., algunos colaboradores de Asuntos Capitales: Juan Carlos Leal, Adolfo Guti�rrez, Roberto Salinas, Enrique Ghersi, Ian V�squez y Lila Silva.