Hace cuatro años, en el mismo campo de batalla y ante la cuenta regresiva de un evento político tan importante como es la elección de presidente de EU, multitud de gente le daban cero posibilidades al candidato Trump de alcanzar ese sublime objetivo. Muchos otros, aun con esos momios en su contra, se aterrorizaban de un posible presidente Trump. En aquellos momentos nadie hubiera imaginado que, cuatro años después, un presidente Trump participaba en el juramento de su tercera nominación a la Suprema Corte de Justicia, Amy Coney Barret, porque había ganado aquella ya lejana elección, era el presidente de este gran país y no había iniciado la tercera guerra mundial ni cualquier otra confrontación.

Y, en aquellos momentos, con el correr de los días que faltaban para que EU conociera a su nuevo presidente, aun ante le lejana posibilidad de Trump, el mundo temeroso se estremecía, pero, se calmaban con las encuestas informando solo un milagro lo podría llevar a la presidencia. En reuniones de los traidores del FBI ubicaban esa posibilidad en una entre un millón. Sin embargo, se provocaba el Tsunami político más grande de la historia cuando este hombre, empresario, ajeno a la política, sin grupo, sin compromisos, ganaba la elección. El mundo ahora se estremecía al haberse hecho realidad lo que tanto temían. Explotaba también un Tsunami de histeria con predicciones del infierno que le esperaba al mundo. Porque, después de todo, este hombre inexperto en política y de un rudo carácter tan especial, según ellos, estaba destinado a provocar un apocalipsis mundial.
Anunciaban la tercera guerra mundial, una depresión peor que la de 1929. La estrepitosa caída de las bolsas de valores a un precipicio sin fondo, el desempleo alcanzando niveles de tragedia, el dólar iniciaría la misma ruta perdiendo gran parte de su valor. Las relaciones internacionales serían de confrontación y guerra. El endeudamiento se incrementaría a niveles superiores de lo que Obama hubiera incrementado en más de un 200%. La violencia invadiría las calles semejando regiones como Somalia o Venezuela. Habría luego escasez de todo acompañada de inflación. Las finanzas del gobierno tendrían un comportamiento similar al de Argentina o Venezuela. En fin, un apocalipsis anunciando la caída de EU y su destrucción seguida por una amenazadora inestabilidad mundial.

Pero, lo verdaderamente increíble, fue que este hombre tan temido provocara un boom económico histórico con sus políticas de reducción de impuestos, de regulaciones asesinas, logrando así un crecimiento del 4% y una disminución del desempleo también a niveles récord, las bolsas igualmente rompiendo récords etc. Y, todavía más increíble es que, algunas de sus predicciones se han hecho realidad, pero no por las acciones del presidente, sino por el saboteo provocado por sus enemigos para destruir su administración, sin importarles que involucraran gravemente herir al país. Pareciera que, con sus anuncios apocalípticos, estaban notificando a la gente lo que se proponían llevar a cabo para destruir al presidente y lo podemos ver con la violencia que ha cubierto a todo el país, cortesía de sus bandas criminales como Antifa, BLM, con su apoyo y el de lo que ahora es la moda, los billonarios marxistas de EU.

Sabemos que unos días después de la elección del 2016, sus enemigos llevaban a cabo una reunión en el hotel Mandarín de Washington con una gran multitud de sus odiadores. Además de los clásicos talibanes, Soros, Pelosi, Schumer, Blumberg, Schiff, acudieron más de 100 billonarios para llevar a cabo un juramento donde se comprometían a la destrucción de Trump con perjuicio extremo. Ahí nacía lo que bautizaron como Resistencia Democrática para darle vida legal al crimen que se proponían llevar a cabo. Porque, por mandato del EP, lo que ellos persiguen y promueven es precisamente eso, el socialismo de los billonarios y los aristócratas que fue el esquema original de las monarquías y todavía persiste. El 5% de la población que representarían esos billonarios marxistas, propietarios del 100% de la riqueza de los países en su ruta para adueñarse del mundo entero.

Sin embargo, no debería sorprendernos porque es el esquema que, en diferentes modalidades, ha estado vigente en todo el mundo durante siglos. América Latina es un ejemplo interesante. Desde la independencia de todos nuestros países, han estado controlados y explotados por grupos pequeños con el timón del gobierno, la economía y, sobre todo, la riqueza de las naciones. Estos socialistas aristócratas modernos, utilizando la increíble tecnología que ellos controlan, con más facilidad han estado expropiando las vidas, la riqueza y el destino de la humanidad. Y, tal vez nos debemos preguntar ¿Por qué su gran idilio con China y con el comunismo? Porque China ha estado desarrollando exitosamente ese marxismo de billonarios neutralizando algo que todos ellos odian, la libertad. Los miembros de los altos mandos del partido comunista y del ejército se han adueñado de toda la riqueza que han estado creando. Y, si alguien se atreve a protestar, simplemente lo envían a campos de concentración o lo ejecutan.

Ese es el sueño del EP, un mundo controlado por ellos, porque ellos piensan son los únicos que tienen las herramientas para hacerlo, ellos se consideran superiores y, en ese proceso, no tener estorbos como las oleadas de la plebe protestando, inconformes suplicando y, sobre todo, hombres como Trump que, sí tienen esas herramientas, que son líderes naturales que la gente tiende a seguir, no aceptan sus invitaciones, no los pueden comprar y no les teme. Y ellos son los grandes desestabilizadores como en su momento lo fueron Kennedy, Martin Luther King, Colosio en México, esos que desestabilizan planes diabólicos de seres infames como éstos, para ubicar a cada quien en el lugar que ellos deciden; Monarcas, aristocracia y las multitudes ignorantes programadas para, como los bueyes de labranza, lamer el arado que los aprisiona.

Esta lucha ha sido algo que ha enfrentado al mundo desde el inicio de los tiempos. Y el resultado ha sido la emergencia de solo dos alternativas, la libertad o la sumisión. La gente queriendo ser libre para vivir como ellos lo decidan, y otros que, sin luchar y sin defender su territorio, acepten vivir bajo una fuerza opresora que los obligue a vivirla como otros lo decidan. Esto es lo que en estos momentos los americanos modernos enfrentan. Pero la tierra de EU es tierra de desestabilizadores y rebeldes como lo fueron Washington, Jefferson, Adams, Jackson que, por su amor a la libertad, tomaron las armas contra el ejército más poderoso del mundo para rescatar su tierra de la opresión de la monarquía. Esta semana deberán de nuevo enfrentar la decisión de libertad con los peligros de la tormenta, o la calma en la opresión de los nuevos monarcas.