Tener un marco legal eficiente del cual se deriven los incentivos correctos y alineados con los objetivos de una asignación eficiente de recursos productivos y de un crecimiento alto y sostenido es crucial.
Una Constitución que viola los derechos humanos no es una Constitución. Y un gobierno que viola los derechos humanos no es una democracia sino una dictadura.
Hoy, conmemorando un aniversario más de la Constitución de 1917, debemos tener en cuenta que la más grave amenaza contra la libertad de los agentes económicos, en México, la encontramos en el tercer párrafo, del artículo 28 constitucional.
Economía y política son ámbitos de la vida de una sociedad que deben mantenerse separados: ni la economía debe imponerse a la política, ni la política debe imponerse a la economía.
Prohibir la producción, oferta y venta de drogas resulta injusto, y por partida doble: porque viola el derecho a la libertad individual y porque convierte a inocentes en delincuentes.
Las leyes que definen como delictivas actividades que por su propia naturaleza no lo son, convierten en delincuentes a personas que, de manera natural, no lo son.
Decir que el ejercicio de los derechos consiste en el cumplimiento de las obligaciones, es decir que A es B, lo cual contradice el primer principio de la lógica.
¿Qué es la economía social y solidaria?, ¿qué es la sostenibilidad social?, el objetivo de la actividad económica, ¿puede ser la redistribución de la riqueza?
¿Hasta dónde llegará el Estado de derechos? Hasta donde el presupuesto alcance, hasta donde el cobro de impuestos tope con la paciencia de los contribuyentes.
Una es la necesidad y otros los derechos, e identificar la primera con los segundos es un error que ha dado como resultado, no el Estado de Derecho, sino el Estado de “derechos”, que realmente no son tales.
¿Cuáles pueden ser, una vez promulgada la ley, una vez prohibida cierta conducta, una vez exigido determinado comportamiento, las consecuencias de todo ello?
Entre competir vía precio, calidad y servicio y combatir por medio de secuestros, torturas, asesinatos, hay una diferencia esencial: la que existe entre ganarle al competidor y exterminar al enemigo.
El análisis económico del derecho se pregunta, no por la intención de los legisladores, sino por las posibles consecuencias de una ley una vez promulgada, consecuencias que pueden no ser las deseadas por el legislador.