Quizá sea bueno que el 20 de noviembre haya quedado olvidado. En muchos casos los revolucionarios fueron simples bandoleros que saqueaban ranchos, fusilaban a los dueños y violaban a las mujeres. Lo peor de todo es que los objetivos del movimiento no se lograron. México no se hizo más próspero, más justo, ni más democrático. La Revolución Mexicana retardó de manera muy importante el desarrollo del país.
Después de “celebrar” una vez más esa nefasta revolución que sólo creo los prolegómenos para el subdesarrollo económico e institucional de México, reflexiono lo que los mexicanos debemos hacer si realmente queremos avanzar hacia la modernidad en todos los sentidos.
La revolución mexicana, robada, como la francesa y la rusa, no debe ser excusa para perpetuar mitos que mantienen a millones de mexicanos en la miseria, pero son fuente de poder para los grupos que se ostentan como herederos de la “Revolución”.
Por 200 años EEUU armó a los caudillos de guerras civiles y revoluciones, golpes de estado, asonadas y cuartelazos del México “independiente”. Hoy arma a los criminales.
Está de moda, entre los sesudos analistas mexicanos, elogiar sin medida a Brasil y asegurar que, en contraste, a México “otra vez se le fue una oportunidad de despegue”. Los que así quieran verlo deben agradecérselo a la “revolución mexicana”.
La fiesta del bicentenario puede haber sido divertida, como lo fue para Porfirio Díaz la que organizó para el centenario en 1910. Pero las fiestas no nos dejan nada. En cambio el conocimiento y la reflexión histórica nos permiten construir un mejor futuro.
El régimen panista desperdició ooooooooootra oportunidad: la de pensar en México y en qué puede ser México, sin imitar la costumbre premoderna o de plano cavernaria de adorar a ídolos, divulgar falsedades, ennoblecer la destrucción, festejar guerras civiles y reciclar festejos vacíos en fechas religiosamente profanas.
En el paquete económico, la SHCP pronostica un crecimiento para la economía mexicana de 4.6% en el 2021. El Fondo Monetario Internacional subió su proyección hasta 4.3%. El presidente ha dicho que será hasta de 5%. ¿Quién quedará más cerca?