A pesar de tantas señales de alerta, en lugar de instrumentar correctivos, lo más probable es que el gobierno venezolano acuse a las instituciones internacionales de hacerle el juego “al imperialismo” y siga su política de esconder todo bajo la alfombra.
Mientras que al presidente Chávez, ahora candidato a la reelección, no se le ocurre sino profundizar su agenda política, empecinarse en una campaña armamentista y atacar a todo lo que le huela a capitalismo y empresa privada, Venezuela sigue cuesta abajo en la rodada.
El punto sobre la i
Durante siglos se ha debatido quién debe detentar el poder y no los límites de ese poder.