Es un descaro total, que a la luz de los números de Pemex, pretendan utilizarlas como extensión de los ingresos federales o como una representación de ahorro del gobierno.
El pasado miércoles salió a la luz la posibilidad de que el Consejo de Administración de Petróleos Mexicanos pueda echar mano de las reservas internacionales en custodia de Banxico con el fin de invertir en bonos de deuda de la empresa mexicana.
Pero antes de suscribir lo que subyace de una decisión así, tenemos que tener en claro qué son y para qué se utilizan dichas reservas.
Banxico define las reservas internacionales como aquellos activos financieros que el banco central invierte en el exterior y que tiene como principal característica la facilidad de liquidez para saldar obligaciones de pago. La composición de estos activos es en su mayoría por monedas convertibles como el dólar. Las divisas que entran al país derivan por concepto de turistas extranjeros, remesas, exportación de petróleo junto con el abanico de bienes y servicios, por lo que El Banco Central las compra al tipo de cambio vigente para lograr mayor acumulación.
Sus funciones principales son las siguientes:
Garantizan las importaciones. Las reservas indican la disponibilidad que tenemos como país en volumen de divisas para realizar transacciones con países extranjeros. Por ejemplo, cuando una empresa o familia decide importar algún bien o servicio, es necesario hacer un intercambio de nuestra moneda local (peso) por la moneda aceptada en esa región, por lo que debe haber la cantidad necesaria de esa divisa en el interior para realizar dicha transacción.
Respaldan la deuda exterior. Una economía siempre experimenta fluctuaciones, siendo la desaceleración del crecimiento económico y la recesión los factores que determinan que un país pida prestado a alguna entidad pública o privada. El nivel de reservas dotará de confianza a los acreedores del exterior para que, en determinado caso que el país paute su esquema de pagos, éstos puedan respaldarse con las reservas. Así mismo, estarán dispuestos a otorgar préstamos con condiciones laxas o menos rígidas, lo que blinda aún más nuestras finanzas.
Estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional. Las diferencias entre los ingresos y egresos de divisas en el país, generan movimientos en el tipo de cambio. Se dice que cuando se demandan más dólares que pesos, se deprecia nuestra moneda y viceversa. Si bien estos movimientos usualmente derivan del intercambio comercial con el exterior, hay fenómenos y circunstancias por choques externos que hacen que la paridad cambiaria se descontrole, apreciando o depreciando una divisa frente a otra de forma abrupta. Es en estos casos, se utiliza una estrategia del banco central para “inyectar”, en nuestro caso, dólares, en función de aumentar la oferta de los mismos en el mercado interno y así la escasez por éstos, no presione más su precio. Recordemos que un dólar muy apreciado respecto al peso, hace más caras las importaciones, y al ser más caras las importaciones, los precios internos tienden a elevarse (inflación), lo que disminuye el poder de compra de los residentes.
Lo que proponen en Pemex
A pesar de que las reservas internacionales tienen un objetivo específico y forman parte de la política monetaria del país, muchos actores políticos han propuesto que los gobiernos las utilicen para invertir en infraestructura, para abultar el gasto público y hasta, en el caso actual, para saldar los pasivos de una empresa del Estado como la petrolera mexicana.
Pemex perdió su grado de inversión el pasado abril de 2020 por las enormes obligaciones financieras que arrastra, teniendo una deuda neta de 106,191 millones de dólares de acuerdo a su último reporte financiero entregado al 30 de septiembre. Durante los primeros nueve meses de 2020, sus pasivos aumentaron en casi el 27%. Por lo que las calificadoras degradaron su nota crediticia a “bonos basura”, es decir, que representan riesgos de impago tanto de corto plazo como de largo plazo. Según Modody´s, Petróleos Mexicanos concentra el 40% de todas las compañías con este grado especulativo en América Latina. Un dato que deja helado a cualquiera.
Si bien ya aprendimos la lección de que las reservas internacionales tienen como objetivo estabilizar los desequilibrios macroeconómicos, preservar la confianza de nuestra moneda y mantener la paridad cambiaria, resulta ser un descaro total, que a la luz de los números de Pemex, pretendan utilizarlas como extensión de los ingresos federales o como una representación de ahorro del gobierno.
Meterse con el ejercicio autónomo de Banxico, es un peor error que la cancelación del NAIM.
EntrarDurante siglos se ha debatido quién debe detentar el poder y no los límites de ese poder.