En más de un sentido el gobierno de Fox ha dejado que desear, o porque no hizo lo que, sin necesitar la aprobación del Congreso, debió hacer; o porque no logró llegar a acuerdos con los legisladores, o porque diputados y senadores, sobre todo del PRI y el PRD, simple y sencillamente no estuvieron dispuestos a acordar con el presidente.

En materia de economía las noticias son, en general, dos. La mala: no avanzamos. La buena: no retrocedimos. Dicho de otra manera. Lo malo: no se llevaron a cabo las reformas estructurales necesarias para apuntalar a la economía y conseguir más inversiones, mayor producción, más empleo y mayores ingresos. Lo bueno: los problemas no degeneraron en crisis, se consiguió la estabilidad monetaria, y en los dos primeros trimestres del año se logró el mayor crecimiento de la producción de bienes y servicios, para cualquier trimestre, del 2001 a la fecha. Vicente Fox será, desde Echeverría hasta Zedillo, el primer presidente que no inició, o terminó, su mandato en crisis económica.

La situación actual, en términos generales, es de estabilidad monetaria y mayor crecimiento de la producción, combinación correcta. Para entenderlo mejor, veamos el cuadro I, que nos muestra la inflación y el crecimiento de la producción (medido por el Indicador Global de la Actividad Económica), para el mes de junio, del 2001 al 2006.

Cuadro I

Inflación y crecimiento

Fuentes: INEGI y Banco de México

En junio del 2001 la inflación fue 6.57 por ciento; en junio pasado se ubicó en 3.18 puntos porcentuales, lo cual supuso un reducción de 3.39 puntos porcentuales, equivalente al 51.6 por ciento. Pero lo más importante: hemos alcanzado una situación de estabilidad monetaria, definida como una inflación no mayor al cuatro por ciento anual.

En junio del 2001 el crecimiento de la producción fue negativo, menos 1.40 por ciento; en junio pasado la producción creció 6.76 por ciento, cerca del mítico siete por ciento. El repunte en la tasa de crecimiento de la producción ha sido importante, y el reto consiste en mantenerla en los niveles de los últimos meses.

En el 2001 la producción de bienes y servicios, medida por el Producto Interno Bruto (PIB), decreció 0.2 por ciento, y la inflación fue de 4.40 puntos porcentuales. Para el 2006, según los resultados de la última encuesta que, mes tras mes, levanta el Banco de México entre los principales analistas económicos del sector privado, el PIB crecerá 4.11 por ciento y la inflación será de 3.33 puntos porcentuales, todo lo cual apunta en la dirección correcta. El reto consiste, nuevamente, en mantenerla.