Tomo la pluma no para defender al amigo, que se pinta solo para hacerlo, sino para denunciar los embustes e indagar sus causas.
Tengo el privilegio de conocer a Gil
desde hace más de cuatro décadas. A lo largo de tantos años hemos tenido la
oportunidad de compartir ideales y principios así como los éxitos y sinsabores
que nos trajo el destino, de escribir y dar clases juntos, y de trabajar en los
mismos proyectos e instituciones.
Es por ello que ahora que sus
enemigos se ceban inventándole calumnias en un vano intento por enlodar una
carrera profesional impecable, tomo la pluma no para defender al amigo, que se
pinta solo para hacerlo, sino para denunciar los embustes e indagar sus causas.
Los ataques que hoy le enderezan al
ex-secretario de Hacienda se deben a que aceptó la distinción que le hizo Hong Kong Shangai Bank Corporation (HSBC) para
integrarse como miembro de su consejo de administración en la ciudad de
Londres.
Se le acusa de violar
Al margen de una argumentación
jurídica que avala sin ninguna ambigüedad que no hay conflicto para que Gil se
integre al Consejo citado, hay que discutir las implicaciones éticas de la
decisión y si desde Hacienda favoreció la compra del Grupo Financiero Bital por parte del banco inglés impropiamente.
La documentación sobre la
adquisición de la mayoría accionaria que realizó HSBC
de Bital a partir de noviembre de 2002 hasta su plena
integración en enero de 2004, está disponible para quien quiera consultarla y
en ningún momento revela la más mínima actuación indebida del secretario de
Hacienda.
¿Quiénes son los atacantes de Gil
Díaz y cuáles son sus motivaciones? Están, como era previsible, sus adversarios
ideológicos como los perredistas, enemigos endémicos
de la economía de mercado, escuela de pensamiento que ha tenido en Gil a uno de
sus más acreditados campeones en México.
Llama la atención, empero, la
ferocidad con la que Reforma ha patrocinado
las calumnias contra el ex-secretario. Uno de sus dueños, el parricida fallido Alejandro Junco tras el seudónimo de Manuel J. Jáuregui, acusa a Gil Díaz de
mentiroso, de ser “ejemplo de conducta indebida” y de “pago de favores.”
Como reza el dicho popular, el león cree que todos son de su condición.
Junco, que en complicidad con sus hermanos desposeyó a su padre de las acciones
de la empresa que hoy preside, es incapaz de comprender que el comportamiento
de Gil Díaz ha sido siempre y continúa siendo intachable.
El ex-secretario declinó la
invitación de la universidad de Stanford, que es uno
de los cargos en su contra, porque el estipendio que le ofrecieron no alcanzaba
para cubrir los elevados gastos médicos que requiere el delicado estado de
salud de su esposa.
Gil Díaz aceptó la invitación de
Gente de la calidad moral acreditada
por Junco y sus secuaces, no concibe que alguien como Francisco Gil, que ha
tenido un largo y exitoso desempeño en el sector público mexicano culminando en
la secretaría de Hacienda, tenga que trabajar para vivir al término de sus
encomiendas.
¿Los motivos del Reforma? Hay varias hipótesis pero quizá
la más firme sea que el ex-secretario se opuso sistemáticamente a los deseos de
algunos patrocinadores de Junco de recibir subsidios y no pagar impuestos.
Mañana iniciaré una serie de artículos para analizar los logros de Gil en
Hacienda.