La adopción en Guatemala era un proceso bien regulado y lleno de requisitos, lo cual lo hacía costoso. Pero era un proceso descentralizado y eso molestaba a los burócratas. Lo que quieren con la nueva ley es centralizarlo, con la excusa que los burócratas sabrán mejor lo que realmente conviene a los niños.
Ciudad de Guatemala (AIPE)- Bajo la mirada
amenazadora de miembros del cuerpo diplomático, en representación de “los
países amigos” de Guatemala, el Congreso de
Lo que logra la nueva normativa es darle el
monopolio de los trámites de adopción a un Consejo Nacional de Adopciones y dificulta
exageradamente los trámites. Los llamados “países amigos” presionan para que
Guatemala se adhiera al Convenio de
La ofensiva legislativa se basa en premisas
distorsionadas o falsas. Una de ellas es que muchos niños que se dan en
adopción son robados; otra es que la adopción no estaba regulada y la tercera
es que la adopción es un gran negocio.
Si bien es cierto que hay casos de robos de
niños, es muy raro que sean para adopción porque la mayoría de los niños
adoptados en Guatemala van a Estados Unidos. Y 96% de estos casos son niños a
quienes sus padres los entregan voluntariamente, lo cual se verifica previamente
a través de pruebas de ADN. El otro 4% es de niños declarados en abandono, lo
cual requiere un proceso judicial bastante largo.
De las 150 denuncias de "sustracción de
menores" que tenían las autoridades hasta agosto, solamente cinco resultaron
verdaderas. Las demás eran de padres separados que les quitaban los niños a la madre
o de madres que habían dado sus hijos en adopción y luego se arrepentían y denunciaban
que se los habían robado. Tan es así que Rosa María de Frade, ex vocera de la presidencia de Guatemala, declaró en mi
programa de radio Todo a Pulmón que no se podían comprobar como ciertas las
denuncias de que se robaban niños para darlos en adopción.
La adopción en Guatemala era un proceso bien
regulado y lleno de requisitos, lo cual lo hacía costoso. Pero era un proceso
descentralizado y eso molestaba a los burócratas. Lo que quieren con la nueva
ley es centralizarlo, con la excusa que los burócratas sabrán mejor lo que realmente
conviene a los niños.
La razón por la que es tan costoso el proceso de
adopción (que por cierto los padres adoptivos pagan gustosamente) es
precisamente por el costo de la autorización, incluidos los sobornos que hay
que pagar en muchas de las oficinas que tienen que ver con el trámite. Si en
realidad se quisiera abaratar, lo que habría que hacer es eliminar trabas, en
lugar de imponer obstáculos adicionales.
El resultado final es que se acabarán o se reducirán
considerablemente las adopciones, con lo cual se afectará muy negativamente las vidas de
muchísimos niños pobres e inocentes.
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Columnista de Prensa Libre y conductor del programa de radio Todo a Pulmón.
EntrarDurante siglos se ha debatido quién debe detentar el poder y no los límites de ese poder.