Lamentablemente, muchos burócratas y políticos, tanto en Washington como en Bruselas y otros lugares, quieren convertir el ambientalismo en una nueva religión, en lugar de analizar cuidadosamente las ventajas y desventajas de las diferentes propuestas sobre el medio ambiente y cómo ellas afectan el bienestar y las expectativas de vida de la gente.
Washington (AIPE)- En los países donde el
ingreso promedio es de más de 25 mil dólares al año, la puntuación promedio de
esos países en el Índice de Libertad Económica es 74 puntos y la expectativa de
vida al nacer es de 80 años. Por el contrario, en los países donde el ingreso per cápita es de menos de 3 mil dólares al año, la
puntuación en el Índice de Libertad económica es de 52 puntos y la expectativa
de vida 57 años. Esto comprueba la alta correlación existente entre libertad
económica, el ingreso de la gente y cuánto van a vivir.
Entonces, cuando los políticos promulgan leyes,
regulaciones e impuestos antieconómicos con el supuesto objetivo de combatir el
“recalentamiento terrestre”, proteger el medio ambiente y promover la llamada
“justicia social”, lo que en realidad logran es acortar la vida de compatriotas
y extranjeros.
No pretendo saber si
Las decisiones políticas de utilizar maíz y
otros alimentos en la producción de biocombustibles
han disparado el precio de la alimentación de miles de millones de personas que
vivirán vidas más cortas por medidas climáticas equivocadas. Tales medidas
impiden el libre funcionamiento del mercado, reducen el crecimiento económico y
también las expectativas de vida.
Las leyes ambientales que imponen una limpieza
razonable del agua que utilizamos y el aire que respiramos implican una
ganancia neta para la salud. Pero, al igual que con todos los demás excesos, casi
todas las propuestas para reducir el dióxido de carbono en la atmósfera exceden
en mucho los beneficios a lograr, pagándose por ellos con vidas y en bienestar.
El problema fundamental es que los políticos no
suelen entender o no quieren entender el alto precio que la gente tendrá que
pagar por sus medidas y regulaciones. La realidad es que cada vez que aumentan
las regulaciones, los impuestos y los gastos del gobierno se reduce
la libertad económica, lo cual se paga con menos bienestar y en años de vida de
la población.
Lamentablemente, muchos burócratas y políticos,
tanto en Washington como en Bruselas y otros lugares, quieren convertir el ambientalismo en una nueva religión, en lugar de analizar
cuidadosamente las ventajas y desventajas de las diferentes propuestas sobre el
medio ambiente y cómo ellas afectan el bienestar y las expectativas de vida de
la gente.
___*
Presidente del Institute for
Global Economic Growth y
académico del Cato Institute.
EntrarDurante siglos se ha debatido quién debe detentar el poder y no los límites de ese poder.