“Lo llaman “quantitative easing”, algo así como “aflojamiento cuantitativo”. Detrás de este nombre, aparentemente técnico e inocuo, se esconde un procedimiento utilizado por muchos gobiernos del mundo desde los tiempos de la antigüedad. Se trata de la creación de dinero sin sustento. Eso es lo que está haciendo el gobierno de los Estados Unidos ahora, la misma práctica que cuestionaba cuando la llevaban a cabo países pobres como el nuestro”
Lo llaman “quantitativeeasing”,
algo así como “aflojamiento cuantitativo”. Detrás de este nombre, aparentemente
técnico e inocuo, se esconde un procedimiento utilizado por muchos gobiernos del
mundo desde los tiempos de la antigüedad. Se trata de la creación de dinero sin
sustento. Eso es lo que está haciendo el gobierno de los Estados Unidos ahora,
la misma práctica que cuestionaba cuando la llevaban a cabo países pobres como
el nuestro.
Durante meses la
Reserva Federal, el banco central de los Estados Unidos,
redujo la tasa de interés hasta llevarla a un nivel de virtualmente cero. Si
consideramos que fijar tasas de interés ha sido el instrumento favorito de la Fed
desde hace años para manejar la política monetaria, tal reducción parecía dejar
ya sin armas a los banqueros centrales.
Sin embargo, a partir del 25 de marzo la Reserva Federal ha
empezado una nueva práctica que podría tener consecuencias muy negativas en el
largo plazo. Este “aflojamiento cuantitativo” no es otra cosa que la compra por
parte de la Fed
de bonos del Tesoro de los Estados Unidos. Sólo que estas compras las está
haciendo sin sacar dinero de sus cuentas o reservas. El dinero lo está
imprimiendo o, peor aún, simplemente lo está creando a través de transferencias
electrónicas que no tienen soporte real. Según la publicación de internet llamada TheDailyReckoning, se espera
que con esta medida la base monetaria de Estados Unidos aumente en 500 por
ciento en los próximos meses.
No es el gobierno de Estados Unidos el primero en la historia en
recurrir a la impresión o creación de dinero para cubrir sus necesidades. Desde
hace siglos muchos gobiernos han pensado que no hay nada más fácil que imprimir
billetes o acuñar monedas sin valor real para financiarse sin tener que generar
riqueza real. Las consecuencias siempre han sido las mismas: inflación,
depreciación de la moneda y finalmente crisis social. La Roma imperial de los últimos
años y la Alemania
de la República
de Weimar en las décadas de 1920 y 1930 son dos
ejemplos notables. Hoy lo único que ha cambiado es que la Reserva Federal
está creando el nuevo dinero por vía electrónica en lugar de a través de la
impresión tradicional de dinero o con la acuñación de moneda sin valor. Pero las
consecuencias serán sin duda las mismas que hemos visto en la historia en casos
similares.
Los gobernantes siempre han ofrecido argumentos que suponen sólidos
para justificar que se imprima o se cree dinero que al final termina por
destruir la economía. Muchos de ellos, como Luis Echeverría y José López
Portillo que fueron presidentes de México de los setenta, afirmaban que lo
hacían para ayudar a los más pobres, aunque al final son los pobres los que más
sufren el desplome económico que provocan estas políticas. Otros lo hacen para
mantener guerras. Hoy el presidente BarackObama de los Estados Unidos y el presidente de la Reserva FederalBenBernanke dicen que lo que
buscan es sacar al país de la recesión. Pero al final los problemas que se
generan con estas políticas serán peores que los que pretenden remediar.