El gobierno del presidente Bush debe dejar de financiar instituciones multilaterales como la OCDE, la ONU y otras que promueven políticas de aumentos de impuestos y de regulaciones que han hecho tanto daño en Europa y en América Latina.
Washington (AIPE)- Europa sufre de una debilitante gripe económica:
excesiva dependencia del gobierno. Esa dependencia está debilitando su espíritu
y su vitalidad económica, lo cual se nota principalmente en Alemania, Francia e
Italia. Es necesario que ayudemos a nuestros amigos europeos a combatir esa
enfermedad, no con un nuevo Plan Marshall, sino con
una sana campaña de educación económica.
La historia nos indica que una Europa económicamente saludable beneficiaría
a toda la humanidad, mientras que una Europa fracasada y deprimida nos pone en
riesgo a todos.
La participación europea en el PIB mundial ha caído de un tercio, hace
dos generaciones, a un quinto hoy en día. La economía de EEUU, durante los
últimos 20 años, ha crecido al doble de la velocidad de los principales países
europeos. En los últimos 25 años, Europa ha creado 4 millones de empleos nuevos
(casi todos en el gobierno), mientras que EEUU, con una población menor, ha
creado 57 millones de nuevos puestos de trabajo, casi todos en el sector
privado.
La proporción de la población norteamericana que trabaja es 20% más alta
que en Alemania, Francia e Italia y nuestro desempleo es la mitad: 5% contra
10%.
El gasto gubernamental de EEUU equivale a una tercera parte de nuestro
PIB, mientras que en Alemania, Francia e Italia alcanza la mitad del PIB.
Mientras más de dos terceras partes de los habitantes de EEUU son propietarios
de sus viviendas, en Europa no sólo son muchos menos sino que el tamaño
promedio de sus viviendas es menos de la mitad.
Más preocupante aún es la caída del optimismo europeo. Mientras el 57%
de la población de EEUU, según una encuesta de Harris
Interactive, está muy satisfecha de sus vidas, en
Alemania, Francia e Italia sólo 16% de la población lo está.
Este desmoronamiento europeo ha resultado en un considerable aumento de
odio irracional y la envidia hacia el mundo exterior, particularmente dirigido
hacia EEUU. Muchos europeos no se dan cuenta del fracaso del socialismo y del
llamado “modelo social de mercado”. Ignoran las razones por las cuales Europa
no crece, sino que se encuentra ahogada por una burocracia que destruye los
incentivos a través de impuestos excesivos. Es más, Francia y Alemania están
actualmente tratando de contaminar a las economías libres de Europa Oriental
con su enfermedad intervencionista y muchos intelectuales europeos se refieren con
gran desprecio al “modelo anglosajón”.
Sin embargo, el más influyente arquitecto de las políticas de crecimiento
económico del siglo XX fue un economista austriaco, F. A Hayek.
Si en Europa se conocieran las ideas de Hayek como se
conocen las de Marx, sus problemas económicos
desaparecerían.
Por su parte, el gobierno del presidente Bush
debe asumir una línea dura que incluya dejar de financiar instituciones
multilaterales como
La vacuna contra el mal europeo es cultura económica. En EEUU, la
población goza de mayor cultura económica que en Europa y por eso hemos sufrido
menos de ese mal, gracias al apoyo recibido por fundaciones no gubernamentales
que se dedican a defender los fundamentos y ventajas del libre mercado, los
gobiernos limitados y el capitalismo democrático.
___* Director
general del Center for Economic Growth y académico asociado de Cato Institute.
EntrarLa gente subestima la facilidad con la que los gobiernos pueden destruir una economía y lo difícil que es reiniciar esas economías.