La economía es “la reina de las ciencias sociales”. No tiene el rigor de la física o la química que son ciencias naturales, pero de todas las disciplinas sociales la economía es la que tiene mejores atributos para ser calificada como ciencia. Lo cierto es que para entender el mundo, para saber por qué hay pobreza, cómo se forma la riqueza, por qué hay países con recursos naturales pobres y sin embargo la gente es próspera; por qué hay países abundantes en petróleo y diamantes y la población es pobre; para entender el papel crucial del empresario, el papel del gobierno, el efecto de los impuestos y las regulaciones gubernamentales, para todo ello, se debe estudiar Teoría Económica.

Realmente así lo entienden muchos jóvenes y por eso hay cientos de escuelas y miles de alumnos estudiando economía. Sin embargo, hay un gran problema de frustración que debe ser abordado con toda claridad y honestidad a fin de no crear más economistas desilusionados que no reciben las respuestas buscadas y no ven futuro claro.

En la ciencia económica hay dos grandes vertientes: Los que creen que los problemas económicos se pueden resolver con planificación centralizada, es decir, mediante un grupo de políticos genios y honestos, bien preparados, disponiendo de un equipo potente de computadoras, científicos, matemáticos, econometristas, estadísticos y suficientes datos para planificar la producción nacional y la distribución de bienes a fin de que todos los ciudadanos disfruten de alimentos, educación, salud y bienestar. Estos son los que promueven el socialismo, comunismo, nazismo y fascismo.

La otra vertiente es la que cree en la economía de mercado y fomenta el papel activo del individuo como tomador de decisiones y riesgo, cree en el proceso de libre competencia, en el papel del empresario, en la libertad de cada ciudadano para producir, comprar, vender, importar, exportar sin que nadie le estorbe. Son los que abogan por el capitalismo, el mercado, el liberalismo.

Cada vertiente se ha preocupado por fundar sus propias escuelas y universidades para enseñar su visión y manera de pensar y la transforman en la corriente dominante (mainstream) de la escuela y el país.

Por ejemplo, los socialistas se apresuraron a dominar las universidades más importantes de Inglaterra (London School of Economics, Oxford). La Sociedad Fabiana de Inglaterra, que eran socialistas-keynesianos convencidos, se dieron a la tarea de controlar la Universidad de Harvard, la más importante del los Estados Unidos de América a principios del siglo XX, pero también se apoderaron de Yale, Princeton, MIT, y de casi todos los departamentos de economía de las universidades de EEUU. Por eso la visión marxista keynesiana se hizo dominante en USA. La influencia de estas universidades norteamericanas se extendió a toda América Latina. Pensadores tipo Keynes, Sraffa, Samuelson, Patinkin, Krugman, Stiglitz y Mankiw entre otros son los que se les impone a los alumnos.

La corriente liberal tomó una actitud menos activa. En los EUA no hay más de 6 universidades que poseen la teoría del capitalismo y leen a Hayek, Mises, Rothbard, Ayn Rand, Garrison y Jesús Huerta de Soto entre otros. En América Latina sólo hay dos universidades: Una en Guatemala y otra en Argentina. En Europa sólo España tiene una universidad liberal, las demás son keynesianas, socialistas; en Asia, sólo China está construyendo la primera universidad liberal.

Por tanto, si un joven pregunta dónde puede estudiar economía socialista le puede nombrar muchos lugares en USA, Cuba, América Latina o Europa; pero si quiere aprender cómo funciona el mercado, el capitalismo, los lugares son pocos, en México todavía ninguno. Y usted, ¿qué tipo de economía quiere estudiar?