En el
gobierno de Fox no se ha tenido el crecimiento económico esperado ni la
creación de empleos necesaria. Hay responsabilidad del Ejecutivo, pero también
del Legislativo, pues de ahí emanan las leyes que, como cualquier economista
sabe, son fundamentales para estimular o inhibir el crecimiento económico y la
creación de empleos.
En los
primeros 5 años de este gobierno, en promedio se creció casi al mismo ritmo que
nuestros principales socios comerciales. En Estados Unidos, del 2001 al 2005,
se creció en 2.6%; en Canadá, 2.2% y en México, 2%. En la Unión Europea,
1.3% y en Japón, 0.9%. Si comparamos el crecimiento de los cinco primeros años
de Fox con los cuatro gobiernos anteriores, el que tuvo un mayor crecimiento
promedio fue López Portillo, 7.9%, incentivado por un gasto público
deficitario, que se tradujo en una enorme crisis al final de su período y en el
siguiente. Bajo Miguel de la
Madrid prácticamente no hubo crecimiento económico, 0.1%;
Salinas, 3.8%; Zedillo, 2.8% y Fox, 2%.
La inflación
promedio en los cinco primeros años de López Portillo fue de 23%; Miguel de la Madrid, 90.6%; Carlos Salinas, 17.4%;
Ernesto Zedillo, 24.5% y Vicente Fox, 4.5%, por mucho,
el de menor inflación de los últimos cuatro gobiernos. El salario real con
López Portillo cayó en 21.3%; De la
Madrid, menos 26.6%; Salinas, menos 19.4%; Zedillo, menos 23.7%; Fox, creció 2.8%. Es la primera vez
en el último cuarto de siglo que aumentan los salarios reales.
La
devaluación con López Portillo en sus primeros cinco años (sin contar la del
sexto) fue de 31%; De la Madrid,
2,194.6%; Salinas, 36.2%; Zedillo, 90%. Fox, 15.7%,
la más baja de los últimos cuatro gobiernos. Los saldos de la deuda externa del
sector público al cierre del quinto año de López Portillo fue de 115.9 mil
millones de dólares; De la
Madrid, 140.8; Salinas, 89.4; Zedillo,
88.5 y Fox, 74.2, el saldo más bajo de la deuda externa de los últimos cuatro
gobiernos.
A pesar de
no tener mayoría en el Poder Legislativo, el actual Ejecutivo ha mantenido un
entorno macroeconómico sin altas inflaciones, sin devaluaciones abruptas y sin
altas tasas de interés, variables cuya falta de control destruyó el poder
adquisitivo de los salarios y los ahorros de la mayoría de los mexicanos con
los gobiernos anteriores.