Mientras exista el actual diferencial de sueldos a los dos lados de la frontera con México, el nuevo muro de Berlín también fracasará.
Miami (AIPE)- ¿Quiénes lograron convertir en multimillonarios a los
narcotraficantes y ahora hacen lo mismo con los “coyotes” que trafican con
indocumentados a través de la frontera con México? Si su contestación es “los políticos
y funcionarios en Washington”, usted es una persona inteligente y bien
informada.
A lo largo de la historia, los países que han mantenido sus puertas
abiertas a la inmigración han prosperado mucho más rápidamente que aquellos donde
predomina la xenofobia, el odio y desprecio hacia los extranjeros.
Por dos poderosas razones no asumo imparcialidad respecto al tema de la
inmigración. La primera es que mi padre, Ramón Ricardo Ball,
fue el primer presidente, ad honorem, del Instituto Nacional de Inmigración en
Venezuela, organismo que recién terminada
Recientemente, el Pew Hispanic
Center, fundación sin fines de lucro, publicó un
interesante informe sobre la inmigración “no autorizada” en EEUU, tema que
provoca acaloradas discusiones políticas y despierta grandes rencores,
inclusive entre gente que suele defender otros aspectos de la libertad
individual. El informe presenta estadísticas realmente sorprendentes: 83% de
los hombres nacidos en EEUU trabajan actualmente, 86% de los hombres
extranjeros que residen legalmente en EEUU trabajan también, pero el récord de 94%
se lo llevan los hombres “ilegales” que trabajan en EEUU. Es decir, a pesar de
todas las dificultades legales y personales que confrontan, el grupo más
laborioso de este país lo conforman inmigrantes “no autorizados”.
Se estima que actualmente hay unos 12 millones de personas “no
autorizadas” viviendo en Estados Unidos y conforman el grupo de gente más
trabajadora. Claro, si no trabajan no comen y ellos no tienen acceso a becas ni
a la ayuda gubernamental que mantiene a tantos otros alejados del trabajo y
viviendo de los demás.
Antes los “ilegales” cruzaban la frontera para recoger cosechas y
regresaban luego a su país. En la medida que se dificulta el ingreso, un mayor
número de ellos se queda permanentemente en EEUU.
El trabajo ideal para quien no quiere hacer nada es ser agente de
seguridad federal en un aeropuerto de EEUU; el aumento en el robo de maletas
comprueba su ineficiencia. En general, la gente con menos iniciativa busca
cargos públicos y es entre ellos donde existe la mayor aversión hacia la
inmigración. Parte de la tragedia es que quienes más creen en la libertad individual
generalmente no buscan un cargo gubernamental para decirles a los demás lo que
pueden o no hacer. El gobierno atrae a los mandones que creen saber lo que a
usted y a sus hijos más le conviene.
Al mismo tiempo, los burócratas suelen estar internamente conscientes de
su incompetencia, razón por la cual los políticos nuevamente insisten en que
sean las empresas privadas las que vigilen y denuncien a los trabajadores
“ilegales” y se les niegue así el empleo a los más ávidos por trabajar. Ahora
hablan de exigir lo mismo a las familias que emplean ayuda doméstica. Pero el
problema es que la economía de EEUU requiere anualmente a unos 400 mil nuevos
trabajadores no especializados, básicamente en el campo, la minería y la
construcción para realizar labores mal pagadas. Y mientras exista el actual
diferencial de sueldos a los dos lados de la frontera con México, el nuevo muro
de Berlín también fracasará.
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EntrarDurante siglos se ha debatido quién debe detentar el poder y no los límites de ese poder.