Sus palabras, y el brillante capítulo 11 de "Capitalismo y Libertad", han cambiado mi vida y el futuro de mi largo y angosto país.
Cuando tenía 18 años, en 1966, leí este párrafo en el libro
"Capitalismo y Libertad" de Milton Friedman:
"El Social Security (programa norteamericano
de pensiones estatales) es una de esas cosas en las que la tiranía del status quo ha ejercido su magia… se ha comenzado a
dar por hecho que su existencia es incuestionable. Pero se trata de una invasión
a gran escala a la vida personal de una gran parte de la población".
Estas palabras, y el brillante capítulo 11 de ése libro, han
cambiado mi vida y el futuro de mi largo y angosto país.
Años más tarde, después de que privatizamos en 1980 por
completo el sistema de pensiones de Chile, me sentí honrado de convertirme en
un amigo intelectual de este gigante de la libertad.
Nos reunimos en su hermoso departamento en San Francisco,
convivimos en muchos eventos y hasta viajamos en una gran limusina negra con su
esposa Rose y Ed Crane,
desde San Francisco hasta San José, para una presentación conjunta ante un
grupo de emprendedores de Silicon Valley.
Le vi por última vez mientras era homenajeado en
Un gran líder nos ha dejado. Era un hombre que entendió la
sabiduría en las palabras de T.S. Eliot:
“Sólo aquellos que toman el riesgo de ir muy lejos pueden posiblemente descubrir
qué tan lejos se puede ir”.
Precisamente porque Milton se atrevió a tomar el riesgo
"de ir muy lejos”, fue capaz de ampliar las fronteras de la libertad.
EntrarDurante siglos se ha debatido quién debe detentar el poder y no los límites de ese poder.